Europa ha establecido 2035 como la fecha límite para que las marcas de automóviles dejen de vender coches térmicos en el Viejo Continente. Esto, que busca una movilidad más limpia, puede tener efectos contraproducentes: según un estudio llevado a cabo por Prognos señala que solo en la industria automotriz alemana la electrificación podría eliminar hasta 186.000 empleos.
Según el informe, el principal motivo de esto se encuentra en que los sistemas de propulsión eléctricos son más sencillos que los térmicos, lo que hace que tengan menos componentes y provoca un efecto dominó, con menos trabajadores siendo necesarios para la producción de los coches eléctricos.
Esta fue la primera ZBE de Europa, y se instauró hace tiempo, en 1996
Sin embargo, no es el único área donde dejará de hacer falta tanta gente: otros aparentemente no relacionados de manera tan directa, como soldadores, administración y gestión, también serán prescindibles.
Sí se apunta que habrá nuevos campos en los que habrá contrataciones, como será la ingeniería, tanto mecánica como eléctrica, pero en términos generales se destruirían más puestos de los que se crearían.
La Asociación Alemana de la Industria Automotiz (VDA) ha llevado a cabo encuestas entre los fabricantes del sector para evaluar la relevancia y competitividad que ven en Alemania como enclave para seguir su actividad, y los resultados no son muy halagüeños.
El 82% de las empresas posponen, deslocalizan o cancelan por completo inversiones que habían planeado realizar en Alemania y más de un tercio (el 37%) tiene previsto trasladar sus inversiones al extranjero.
Hildegard Müller, presidenta de la VDA, ha declarado: “La transformación de nuestra industria es una tarea gigantesca. Las empresas de la industria automovilística alemana y sus empleados hacen todo lo posible para que esto tenga éxito. De eso no hay duda. Entre 2024 y 2028, la industria automovilística alemana, los fabricantes y proveedores de automóviles invertirán alrededor de 280.000 millones de euros en todo el mundo sólo en investigación y desarrollo, y otros 130.000 millones de euros en la reconversión de sus plantas. Las inversiones subrayan la voluntad de la industria automovilística alemana de hacer de la transformación una historia de éxito”.