Uno de los argumentos que se utilizan para desacreditar la eficiencia del coche eléctrico es que estos contaminan más que los tradicionales motores de combustión interna, especialmente en la fabricación del vehículo y a la hora de obtener la electricidad que recarga sus baterías. Sin embargo, ya son varios los estudios que llegan a la conclusión opuesta. Entonces, ¿realmente contaminan menos los coches eléctricos que los de combustión? Hablemos de cifras.
En un artículo de MotorTrend publicado a finales de 2022, Jonny Lieberman aportaba una serie de datos interesantes en favor del vehículo eléctrico. Para empezar, Lieberman diferenciaba entre emisiones directas e indirectas. Los coches con motor de combustión tienen emisiones tanto directas como indirectas, mientras que los eléctricos solo presentan emisiones indirectas que se registran en el proceso de construcción del vehículo al emplear energía de todo tipo de fuentes.
Esto incluye desde el gasóleo empleado en la maquinaria encargada de la extracción y el transporte de minerales y metales, hasta la electricidad consumida para fabricar neumáticos. Además, los vehículos eléctricos cuentan con el hándicap de que la mayor parte de la producción de baterías se centra en China, un país en el que la quema de carbón está a la orden del día y, por tanto, uno de los Estados más contaminantes del planeta.
¿Contaminan menos los coches eléctricos que los de combustión?

El autor del artículo menciona un artículo del New York Times en el que se especifica que los coches eléctricos necesitan entre 1,4 y 1,5 años en el caso de las berlinas, entre 1,6 y 1,9 años en los SUV, y alrededor de los 1,6 años cuando se trata de pick-ups, para compensar las emisiones generadas en la fabricación del vehículo teniendo en cuenta la media de kilómetros recorridos por habitante en Estados Unidos. Esto significa que en menos de dos años ya se habría amortizado esa elevada cifra de contaminación generada para construir un vehículo eléctrico.
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La Yale School of the Environment realizó un estudio en el que se determinaba que el 74% de las emisiones de CO2 se producen después de que se haya construido el vehículo, es decir, tres cuartas partes de las emisiones provienen de los combustibles empleados para ser impulsados, mientras que el 26% restante son emisiones indirectas generadas para su fabricación. Y es importante tener en cuenta que la producción de baterías se puede volver más eficiente si se emplean fuentes de energía renovable, lo que reduciría aún más ese porcentaje del 26% en emisiones indirectas.
Los coches eléctricos son más eficientes que los de combustión interna

Por otro lado, la eficiencia de los motores eléctricos es mayor frente a los de combustión interna. Resulta que un vehículo de combustión solo envía a las ruedas entre el 16% y el 25% de la energía creada al quemar gasolina. El otro 75%-84% se pierde debido generando calor y ruido, mientras que el 10% se sacrifica en las pérdidas del sistema de propulsión (la transmisión, principalmente). Un dato curioso es que los motores diésel son más eficientes, ya que destinan entre un 30% y 40% de la energía generada al quemar gasóleo para impulsar el vehículo.
Sin embargo, los coches eléctricos son significativamente más eficientes en este aspecto, ya que envían entre el 87% y el 91% de la energía de la batería a las ruedas. Hay que tener en cuenta que un 31%-35% se pierde por varias razones, pero también cuentan con un sistema de frenada regenerativa que recupera el 22% de toda esta energía, de ahí su elevada eficiencia final.
Electricidad cada vez más limpia

Por último, hablemos de la electricidad que recarga las baterías de los coches eléctricos y de su origen, ya que es la segunda fuente de emisiones indirectas en este tipo de vehículos. Durante 2022, en España el 42,2% de la electricidad se ha obtenido de fuentes renovables, como la eólica (22,2%), fotovoltaica (10,1%) y la hidráulica (6,5%). El resto, el 57,8% se obtiene de fuentes no renovables, como el gas natural (24,7%), el carbón (2,8%) y la nuclear (20,2%), aunque cabe señalar que la energía nuclear es limpia en emisiones de CO2.
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Si sigue incrementando el porcentaje de energía renovable frente al de energía no renovable en el mix de electricidad española (de 2021 a 2022 se redujo por el aumento de la energía generada por gas natural, principalmente), significará que cargar un coche eléctrico será cada vez más limpio y libre de emisiones contaminantes, reduciendo aún más su impacto en la atmósfera frente a un coche de combustión interna tradicional.