Si te gusta obtener sensaciones a lo bestia de un vehículo y en tu escala de prioridades están las prestaciones y la diversión al volante, frente a la comodidad, y no te quieres gastar demasiado dinero, esta lista te interesa. En ella repasamos varias alternativas de coches racing baratos de segunda mano. Porque no hace falta un gran desembolso para pasarlo bien.
Toyota MR2
El primero de los vehículos que conforman este ranking de coches racing baratos de segunda mano es el MR2. Un Toyota que pasó a mejor vida y que gracias en gran parte a su motor en posición central, así como a su bajo peso total, resulta muy divertido de conducir.
El reparto de pesos es casi perfecto y a pesar de contar con poco más de 100 CV en algunas de sus versiones, con ligeros retoques es posible sacarle mucho partido para convertirlo en un coche perfecto para track-days. La estética es completamente noventera, con muchos ángulos y faros escamoteables.
Ford Fiesta ST
La última generación del (prueba) Ford Fiesta ST es una bomba. Uno de los coches más deportivos que hay a cambio de aproximadamente 30.000 euros por su comportamiento dinámico y su puesta a punto. Pero no hace falta irse hasta la última entrega para disfrutar de un Fiesta de lo más estimulante.
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La entrega que estuvo a la venta a mediados de la década de los 2000 es económico de comprar en este momento, y también de mantener, a pesar de un consumo ligeramente elevado. Pero su motor atmosférico de 2,0 litros y 150 CV es una gozada a la hora de 'estirarlo'.
BMW M3
No podíamos hablar de coches racing sin nombrar a ningún BMW. La firma de Múnich es una especialista a la hora de imprimir carácter deportivo a sus coches, y en este caso te recomendamos el (prueba) BMW M3, en su generación E36. Ya tiene unos cuantos años a las espaldas y es el M3 más económico.
Con algunas modificaciones se puede convertir en un monstruo dentro y fuera del circuito. De origen cuenta con un propulsor de gasolina de 3,2 litros y seis cilindros que entrega más de 320 CV de potencia. En general, es un modelo bastante rabioso y en caso de ir con el cuchillo entre los dientes es exigente.
MINI Cooper
MINI siempre ha sabido, como BMW (con quien comparte grupo empresarial), darle un toque muy personal a todos los coches que lanza al mercado. El go-kart feeling, que le llaman desde la marca británica. Y ni siquiera hacer falta irse a la versión John Cooper Works, que es la más 'picante'.
Con conducir la variante Cooper ya se te pondrán los pelos de punta. Su propulsor de gasolina de 2,0 litros y cuatro cilindros con casi 200 CV de potencia tiene un sonido excepcional, ligeramente ronco. Y conducirlo por un puerto de montaña es una auténtica gozada.
Abarth 500
Aunque si abrimos el melón de los utilitarios no nos podemos dejar en el tintero a lo más 'cuco' de Abarth, el 500. Un vehículo italiano con un diseño icónico que tiene una postura de conducción un poco alta para ofrecer las mejores sensaciones deportivas en conducción. Pero que lo compensa con otras características.
Como por ejemplo, con una puesta a punto excepcional. Igualmente, su sonido resulta de lo más estimulante. Y eso por no hablar de su motor turbo de gasolina, un 1.4 con al menos 135 CV. Con él, el empuje es notable. Claro, al ser un modelo tan pequeño el peso juega muy a su favor.
Mazda RX-8
Hay varios modelos de la firma japonesa, como el (prueba) Mazda RX-7, que podrían entrar perfectamente en esta lista. Sin embargo, hemos preferido decantarnos por el RX-8, un coche muy especial lastrado únicamente por su consumo de aceite... que no será un problema si estás lo suficientemente atento.
Por lo demás, este nipón es estupendo. Monta un motor rotativo de 1,3 litros con más de 200 CV de potencia que van a parar a un sistema de propulsión trasera, y que estira de vueltas que da gusto. Un vehículo del que disfrutar al volante y con cuatro plazas reales en las que caben cuatro adultos.
Subaru BRZ
El último de los modelos de esta lista conformada por los coches racing baratos de segunda mano que más merecen la pena es el (prueba) Subaru BRZ. Un coupé deportivo con un sistema de propulsión trasera que monta un motor bóxer atmosférico con 200 CV de potencia en su primera generación.
Es uno de esos vehículos en donde las prestaciones y los fríos números pasan a un plano secundario, pues lo verdaderamente importante es la diversión que ofrece. Las sensaciones al volante. Quizá pueda adolecer de alguna falta de fuerza a bajas vueltas. Pero este no es un coche para llevar a bajas vueltas.