Un nuevo escándalo salpica directamente a la Agencia Central de Inteligencia. Y es que la CIA planeaba hackear vehículos para cometer asesinatos indetectables desde 2014, mientras que un total de 8.761 documentos filtrados por Wikileaks, la plataforma fundada por Julian Assange y autor de otros escándalos como Snowden o Manning, demuestran que la CIA habría conseguido hackear teléfonos móviles, televisores de Samsung y ordenadores con la ayuda de los británicos.
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Los documentos, que abarcan desde 2013 a 2016, no han sido publicados por completo, ya que este primer lote, que ha sido bautizado como ‘Year Zero’, será la primera publicación si no llegan a un consenso. Wikileaks asegura que “el archivo parece haber estado circulando de forma no autorizada entre antiguos hackers y proveedores del Gobierno, uno de los cuales le ha proporcionado fragmentos a Wikileaks”.
Mediante el uso de estas armas informáticas, la Agencia Central de Inteligencia tenía control a los diferentes sistemas operativos que dan vida los smartphones, así como a los televisores Samsung con conexión a Internet, con el objetivo de convertirlos en micrófonos y geolocalizarlos. Mientras que la CIA reitera que su misión es “proteger a América de los terroristas de naciones hostiles y de otros enemigos”, el ex director de la Agencia de Inteligencia, Michael Hayden, asegura que esta filtración es obra de ‘Milenials’ que tienen una forma distinta de ver las cosas.
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Por otro lado, “desde octubre de 2014, la CIA también buscaba infectar los sistemas de control instalados en los coches y camiones modernos. El propósito de tal control no está especificado, pero podría permitir a la CIA cometer asesinatos indetectables”. Este supuesto cometido se conseguiría tras acceder a los vehículos de última generación con el fin de controlarlos de forma remota y provocar accidentes que inicialmente parecieran casuales.
A finales del pasado año, un grupo de investigadores en ciberseguridad consiguieron controlar un Tesla Model S a través de la mente, mientras que un año anterior, dos investigadores lograron utilizar una conexión inalámbrica para apagar el motor controlar los diferentes parámetros de un Jeep Cherokee. Para conseguirlo, demostraron que muchos coches equipados con el sistema de infoentretenimiento Uconnect de Fiat (también disponible en Dodge y Jeep) podían ser hackeados, lo que provocó una llamada a revisión de 1,4 millones de coches.
Por su parte, Wikileaks apunta al sistema operativo QNX, de Blackberry, como potenciales objetivos de la CIA. Este sistema podría ser utilizado por la Agencia para llevar a cabo ataques a objetivos, ya que éste suele ser utilizado por una gran mayoría de fabricantes. Y llegados a este punto, saltan las alarmas con lo referente al coche autónomo, ya que, mediante la eliminación del volante y los pedales, se haría más sencillo su control absoluto.
De igual forma, la filtración de los documentos de la CIA por parte de Wikileaks saca a la luz las vulnerabilidades a las que se enfrenta el coche del futuro, donde la conexión a la red y a otros dispositivos se está volviendo una norma extendida y un fin al que la industria trata de llegar. Por el momento, las marcas no tienen un método fiable para saber cuándo sus sistemas han sido comprometidos, pero ya trabajan para tratar de conseguir aislar los diferentes ordenadores que controlan las áreas básicas del coche.
Fuente: Motorpasión, Wikileaks
