Una serie de documentos filtrados por Wikileaks demuestran que la CIA planeaba hackear vehículos para cometer asesinatos indetectables desde 2014. Un total de 8.761 documentos implican a la Agencia Central de Inteligencia en un escándalo de ciberespionaje que va más allá de los coches, ya que han conseguido hackear ordenadores, teléfonos y televisores con la ayuda del Reino Unido.