En los últimos años, hemos visto la proliferación de diferentes energías alternativas a los combustibles tradicionales. Además del desarrollo del coche eléctrico, hay mucho interés en otras energías como los combustibles sintéticos y el hidrógeno. Los biocombustibles también están encima de la mesa como una alternativa más, aunque no se les ha prestado la misma atención. Sin embargo, esto podría cambiar con el biodiésel elaborado a partir de grasa animal.

Transport & Environment (T&E) encargó un estudio sobre el uso de grasas animales como fuente para producir biodiésel a Cerulogy, una consultoría especializada en política de combustibles limpios y bajos en carbono. Según revela dicho estudio, el uso de las grasas animales para producir este biocombustible se ha multiplicado por 40 desde 2006 y seguirá aumentando en los próximos años, ya que la demanda de biodiésel a partir de grasas animales se triplicará de aquí a 2030, en comparación con valores de 2021.

Biodiésel a partir de grasa animal, el combustible que puede revolucionar el transporte del futuro

Biodiésel a partir de grasa animal

Las aerolíneas Ryanair y Wizz Air han firmado recientemente importantes acuerdos con proveedores de petróleo para la adquisición de combustibles de aviación sostenibles (SAF) y T&E cree que, al menos, una parte de esos acuerdos incluye biodiésel de grasa animal. Pero el estudio refleja también que harían falta 8.800 animales muertos para cubrir un vuelo de París a Nueva York.

El biodiésel de origen animal podría ser un gran negocio, sobre todo, en Europa, donde se quema el 46% de todo el biodiésel de origen animal, según el informe de T&E. En principio, utilizar un residuo para generar combustible parece positivo. El potencial problema surge cuando las grandes empresas, como las aerolíneas y las petroleras, necesiten más combustible.

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Si la demanda de grasa animal aumenta demasiado, no parece muy sostenible criar animales sólo para luego sacrificarlos y usar su grasa para producir combustible. A esto hay que añadir los constantes mensajes que se lanzan desde las autoridades europeas, así como en Estados Unidos, para reducir el consumo de carne y avanzar hacia una ganadería más sostenible, tal y como viene recogido en la Agenda 2030 (incluso, la Unión Europea ya permite que podamos alimentarnos con insectos, supuestamente ricos en proteínas, para reducir el consumo de carne).

El principal problema

Una alternativa a las grasas animales sería el aceite de palma, más barato y con propiedades similares. Pero, según el estudio, las emisiones de CO2 serían 1,7 veces mayores que las del gasóleo convencional. Motortrend se puso en contacto con Transport & Environment y explicó que ese aumento se calcula como una consecuencia indirecta.

Prácticamente, lo que viene a decir T&E es que el biodiésel a partir de grasa animal se contempla únicamente como una solución más para contribuir en la reducción de las emisiones de CO2, que es el gran objetivo que se propone toda la industria del transporte y los gobiernos comprometidos con los diferentes acuerdos del clima. Pero, si la industria no controla la demanda de ese biocombustible, el problema podría ser importante.

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