El invierno se acerca y con él llegan las bajadas de temperatura, con los termómetros por debajo de los 0 ºC en varias zonas del país. Si bien la mayoría de regiones de la costa mediterránea, el sur peninsular y las islas no sufrirán los efectos del frío, en las áreas de montaña, el centro y el norte del país pasan varias semanas al año con las carreteras heladas y los coches cubiertos de nieve.
Es, por tanto, un buen momento para recordar las 7 cosas que nunca debes dejar dentro de tu coche en invierno. Basta con prestar atención e intentar no utilizar el coche como despensa. Los olvidos también pueden salir caros y algunas cosas caras pueden acabar averiándose. Lo mejor es aparcar el coche en un garaje cubierto, pero si no es posible, al menos trata de no dejar objetos en su interior.
Preguntas y respuestas que puedes hacerte sobre las cadenas de nieve
Teléfono móvil
Uno de los objetos que te conviene no olvidar en el coche es tu teléfono móvil o una tablet. El frío afecta negativamente a la batería de estos dispositivos electrónicos, lo que acorta su vida útil y puede llegar a apagarlos por completo. No es un problema serio, ya que a una temperatura más agradable la capacidad de la batería vuelve a la normalidad, pero puede ocasionar molestias si estás de viaje y no has traído cargador.
Medicamentos
Tampoco es aconsejable dejar medicamentos en el interior del coche en invierno. La mayoría deben conservarse a temperaturas de entre 20 ºC y 25 ºC, lo que garantiza que cumplan su función de forma eficaz. Si se enfrían demasiado no solo dejarán de surtir efecto cuando los consumas, sino que también pueden volverse perjudiciales para tu salud.
Refrescos de lata
Aunque en verano puede apetecer tomar un refresco carbonatado bien frío, en invierno a parte de no ser la bebida más deseada, también son peligrosas si se dejan dentro del coche. Y es que, a medida que baja la temperatura, estas bebidas se van congelando, lo que provoca que el dióxido de carbono de su interior acumule tanta presión que puede llegar a explotar la lata.
Alimentos enlatados
Algo parecido ocurre con los alimentos enlatados. Si se congelan, aumentarán de tamaño y generarán presión sobre el envase metálico que los contiene, lo que puede ocasionar que se hinche y se agriete, permitiendo así el paso de las bacterias a su interior contaminando los alimentos. Esto, por supuesto, se convierte en un peligro para la salud si más tarde consumes estos alimentos.
Huevos
De nuevo, el frío afecta a los huevos igual que a las bebidas carbonatadas y a los alimentos enlatados. Si baja la temperatura demasiado, la clara se congelará, expandiéndose y rompiendo la cáscara. Una vez roto, no es seguro consumirlo. Y si no ha llegado a romper la cáscara, es probable que la hora de cocinarlo no salga igual que habitualmente.
Instrumentos musicales
Lo creas o no, los instrumentos musicales sufren con el frío extremo. Las bajas temperaturas pueden llegar a dañar estos instrumentos, provocando que se contraigan. Esto podría desembocar en que el instrumento se desafine y, en el caso de los que son de madera, que surjan grietas en la estructura.
El depósito de combustible en reserva
Por último, la séptima cosa que nunca debes dejar dentro de tu coche en invierno es el depósito de combustible en reserva. Si bien es cierto que la gasolina no se congela, aunque haya poca cantidad en el tanque (a diferencia del diésel, cuyo punto de congelación es más alto), sí se vuelve espesa, obligando a la bomba a un sobreesfuerzo acortando su vida útil. También se puede congelar cualquier resto de agua o vapor en el sistema de combustible, llegando a bloquearlo.