Los 20 años de Euro NCAP han dado para mucho y por ello vamos a conocer cómo han evolucionado los test de choque europeos que determinan la seguridad de un vehículo por estrellas en determinadas categorías. Pese a sus duros comienzos, debido a la feroz oposición de la industria automotriz, hoy en día, 9 de cada 10 coches vendidos en el mercado europeo tienen una calificación de Euro NCAP.
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En febrero de 1997 se introducían por primera vez los famosos test de choque revelando los peligros ocultos en los automóviles familiares más vendidos, forzando con ello un replanteamiento fundamental en la forma en que los vehículos eran diseñados para prevenir lesiones y salvar vidas. El 4 de febrero de ese año se publicaban los primeros resultados de las pruebas de choque gracias al respaldo del Gobierno británico, sueco y holandés, así como de la FIA.
Paralelamente, algunos fabricantes realizaron sus propios test de choque, pero no fueron estandarizados y los resultados nunca se publicaron. Era imposible que los consumidores compararan la seguridad de un coche con otro. Sin embargo, cuando el Euro NCAP realizó pruebas semejantes, los resultados provocaron indignación por parte de los grupos de consumidores, el público y los medios de comunicación.
En la primera prueba realizada a siete populares utilitarios, el Ford Fiesta y el Volkswagen Polo obtuvieron tres estrellas sobre un máximo de cuatro, sobre la base de los niveles de protección ofrecidos a los ocupantes adultos. El más vendido en el Reino Unido, el Rover 100, obtuvo una estrella, mientras que el Fiat Punto, Nissan Micra, Opel Corsa y Renault Clio se conformaron con dos. Cuando se evaluó la protección a los peatones, ningún modelo obtuvo más de dos estrellas.
Los principales fabricantes de automóviles europeos atacaron las pruebas de choque, alegando que eran tan exigentes que era “imposible” obtener las cuatro estrellas. Cinco meses más tarde, el Volvo S40 se convertía en el primer coche en obtener la máxima calificación en protección a ocupantes. Los fabricantes empezaron a competir para superar a sus rivales en las pruebas Euro NCAP, utilizando regularmente sus calificaciones en los anuncios.
Desde 1997, los prestigiosos test han evaluado 629 modelos diferentes, lo que supone que nueve de cada 10 coches vendidos en Europa cuentan con una puntuación del Euro NCAP. Las tecnologías de seguridad eran inexistentes u opcionales en el mejor de los casos, como los airbags de conductor y pasajero, los airbags laterales de cortina, el avisador del cinturón de seguridad y el control electrónico de estabilidad. Sin embargo, ahora son un estándar en la mayoría de coches.
Hoy, 20 años después del inicio de los test de choque, se ha sometido a las pruebas actuales a dos coches con más de dos décadas de diferencia, un Rover 100 de 1997 y un Honda Jazz de 2017 con el objetivo de subrayar los avances importantes en seguridad que han acusado la industria. De cara a 2018, los test volverán a evolucionar e incluirán pruebas para el sistema de mantenimiento de carril, para reducir los accidentes en los cruces, para los asistentes de frenada automática contra peatones durante la noche y unas nuevas pruebas de detección de ciclistas, todas ellas con el fin de alentar a los fabricantes a mejorar aún más estas importantes tecnologías.