Mercedes-Benz 500E
Esta es, quizá, una de las asociaciones más sonadas en la industria del automóvil: la colaboración entre Mercedes y Porsche el desarrollo y la fabricación del Mercedes-Benz 500E de 1990. Daimler encargó a la marca alemana la creación de una versión más extrema del W124.
Se le equipó un motor V8 5.0 de 326 CV retocado por los ingenieros de Porsche, quienes trabajaron en otros aspectos del vehículo, como la suspensión, el sistema de escape o el chasis. Además, para ensamblarlo era necesario que el vehículo cambiara de fábrica en varias ocasiones. Entre 1990 y 1995 se fabricaron 10.479 unidades.
