Los años 80 significaron mucho para el automovilismo. Todos recordamos las míticas carreras de Fórmula 1 con Ayrton Senna y Alain Prost, el loco Grupo B de carreras que a punto estuvo de derivar en el Grupo S con los prototipos más rápidos que hubiésemos visto en la historia o las espectaculares carreras del Rally Dakar, por mencionar solo unos cuantos. Sin embargo, esta década también nos dejó otros desafíos increíbles de los que no se habla tanto, como este Volkswagen Golf Bimotor Pikes Peak que casi corona la increíble carrera hacia las nubes.
Concretamente en el año 1987 es cuando nace la versión definitiva de este Golf Bimotor Pikes Peak, un vehículo de carreras que tomaba como base la segunda generación del Volkswagen Golf y equipaba dos motores que le permitían cambiar entre tracción delantera, trasera o total. Un año antes, Jochi Kleint, un piloto alemán al volante de la primera versión de este Golf Bimotor, conseguía firmar un cuarto puesto en Pikes Peak.
Sin embargo, para la edición de 1986 se instalaron dos motores de 1.3 litros procedentes del Volkswagen Polo que entregaban, cada uno, una potencia de 250 CV. Con esta base, se hacía casi necesario que el Golf Bimotor volviera en la edición de 1987 más potente que antes para alzarse con la merecida victoria. Para ello, se recurrió a los servicios del constructor austríaco de carreras Kurt Bergmann.
El constructor decidió reemplazar sendos motores de 1.3 litros por una pareja de unidades de 1.8 litros y 16 válvulas, ambos equipados con turbocompresores, que ofrecían una potencia combinada de 652 CV. El piloto, por su parte, tenía la posibilidad de elegir entre tracción delantera, total, o propulsión trasera gracias a la disposición mecánica del coche, ya que mientras que el primer motor estaba instalado bajo el capó en posición convencional, el segundo descansaba detrás del habitáculo y se encargaba de impulsar el eje trasero. La refrigeración del motor trasero se cumplimentaba mediante dos ventiladores en el maletero que eran visibles desde el exterior.
Registraba un peso de apenas 1.050 kilogramos, por lo que era capaz de pasar de cero a 100 km/h en apenas 3,4 segundos siempre que estuviera en configuración de tracción total. La potencia se canalizaba al asfalto mediante llantas equipadas con neumáticos específicos 255/55 VR 16. El día de la carrera, Kleint asumió la subida de 20 kilómetros y 156 curvas tratando de establecer el merecido buen tiempo que le permitiera consagrarse con tan cotizada victoria.
Sin embargo, tan solo dos curvas antes de llegar a meta, la suspensión delantera del Volkswagen Golf Bimotor Pikes Peak dijo basta y supuso la retirada de la carrera. Esto dejó un gran hueco en la vitrina de trofeos de Volkswagen Motorsport. Por suerte, Volkswagen volverá a Pikes Peak en 2018 con un vehículo eléctrico y tratará de reivindicar la victoria que no pudo conseguir hace tres décadas. En 1987, Walter Röhrl con un Audi S1 Quattro fue quien ganó la edición de ese año del Pikes Peak.
Fuente y fotos: gtplanet.net