Parece sacado de una película postapocalíptica, pero no, está actualmente en algún punto de Francia. Un vídeo subido recientemente a YouTube nos permite echar un vistazo dentro de un fantasmagórico concesionario de Saab completamente congelado en el tiempo. Con decenas de coches en la sala de exposición y en el taller, paneles, publicidades y las oficinas perfectamente colocadas. Como si un día hubiera ocurrido una catástrofe nuclear y todos hubieran salido de allí apresuradamente sin mirar atrás.
Nueve Subaru nuevos aún permanecen en este concesionario abandonado
Tal y como recoge Diariomotor, las imágenes provienen de un par de especialistas galos en Urbex, o exploración urbana. Esta actividad consiste en colarse en sitios abandonados, edificios en construcción o plantas industriales, entre otras cosas. Y no es exactamente legal, razón por la que desconocemos la ciudad exacta en la que se encuentra el concesionario en cuestión.
Los dos chicos entran, eso sí, por una puerta que está abierta (o eso dicen). Y se topan con esta escena espectral en la que todo se encuentra en su sitio, aunque cubierto de polvo, e incluso hay luces encendidas después de tantos años. La mayoría de los coches están cerrados, pero alguno sí que se abre al probar la manilla.
Lo más seguro es que el fantasmagórico concesionario de Saab lleve cerrado 10 años, desde que la marca sueca se declaró en quiebra. Esto sucedió después de que, en 2009, General Motors, por entonces su propietaria, decidiera hacerla desaparecer. En 2013 todavía volvió a la vida brevemente, gracias al consorcio chino-sueco NEVS, pero el experimento duró muy poco.
Aunque todavía hay servicios técnicos y suministro de repuestos de Saab, por aquella época todos sus concesionarios bien pasaron a otras marcas o bien cerraron. Suponemos que eso es lo que sucedió con el del vídeo, aunque existen puntos sin resolver. Lo primero: ¿por qué se abandonó de forma tan súbita, sin ni siquiera recoger lo que había sobre las mesas? ¿Quizá fue por orden judicial? ¿Y quién sigue pagando las facturas? Porque parece seguir habiendo suministros, al menos de luz.
Quizá nunca le demos respuesta a estos interrogantes, pero aun así vale la pena ver esta cápsula del tiempo. Una especie de estación fantasma de metro o de pecio del Titanic de a industria automovilística.