Un Ferrari 360 es un modelo al que, por el precio adecuado, cualquier coleccionista querría echar el guante. Sin embargo, del que vamos a hablar hoy es bastante especial y es que es uno de los pocos ejemplares (si no directamente el único del mundo) que está homologado para poder circular por la carretera.
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La historia de este 360 empezó en diciembre 2003, cuando salió de fábrica y su comprador lo utilizó (como estaba pensado en origen) para participar en competición. En 2004 comenzó su andadura en la Ferrari Challenge Inter Coppa Shell Championship con Nina Jerančič, al año siguiente el dúo quedó sexto en el Trofeo Pirelli Endurance Coppa Shell Championship y en el siguiente acabaron cuartos en el campeonato.

Fue entonces cuando el dueño previo del Ferrari, enamorado del Ferrari 360 Challenge Stradale pero buscando algo más hardcore pero que pudiera conducirse por la calle, se hizo con él. No reparó en costes e hizo todo lo que era necesario para homologarlo como vehículo de carretera matriculable.
Además, aplicó numerosos cambios para que fuera algo más amigable en la conducción del día a día: se suavizó ligeramente la configuración del chasis, se reemplazó el sistema de repostaje rápido por uno más convencional, se repintó el interior, se retapizaron los asientos, dispone de un cargador con USB, ahora tiene instalado el aire acondicionado, etc.

Y lo mejor es que ganó en comodidad pero sin perder un ápice de su pegada. Cabe recordar que monta un motor 3.6 V8 de 410 CV de potencia actuado a través de una caja manual robotizada con levas al volante, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos.
Por este Ferrari 360 homologado para circular por la calle piden en Classic Driver la cantidad de 150.000 euros. Teniendo en cuenta su exclusividad, ¿los merece?