Seguro que en alguna ocasión habéis visto un vídeo en Youtube, Facebook, etc. en el que un coche de precio altísimo estaba en mitad del desierto cogiendo polvo y deteriorándose poco a poco. Tras el impacto inicial os habréis enterado que los superdeportivos abandonados en Dubái son el pan de cada día del lugar, pero, ¿por qué ocurre esto?
La gente de Donut Media ha hecho un vídeo en el que explican perfectamente por que tiene lugar esta práctica de manera tan habitual:
Sin embargo, para aquellos que no se desenvuelvan con el inglés de manera fluida, os hacemos un resumen. Dubái es uno de los siete emiratos que forman los Emiratos Árabes Unidos y es una zona que concentra mucha riqueza, atrayendo a mucha gente, sobre todo hombres de negocios con salarios realmente altos (se estima que el 90% de la población son extranjeros, para hacernos una idea).
Teniendo en cuenta el dinero que se mueve allí, no es de extrañar que la gente opte por comprar vehículos de lujo, superdeportivos, etc. Sin embargo, en Dubái se toman muy en serio el pago de las deudas y es que, alguien que deje sin pagar un préstamo, puede acabar yendo a la cárcel, lo que no parece una opción excesivamente halagüeña.
Vídeo: el depósito de coches de lujo abandonados y accidentados de Dubái
Es por eso que la gente que empieza a tener problemas de dinero, ya sea por perder su empleo o por otros menesteres, ante dicha situación, muchas veces opta por abandonar el país antes que enfrentarse a las consecuencias de dejar los pagos a medias. Como resultado, en muchas ocasiones (más de las que nos podamos imaginar), modelos de lo más exclusivos son abandonados en la calle, garajes, etc., muchas veces incluso con las llaves puestas.
Estos, eventualmente, acaban siendo recogidos, llevados a un depósito y, finalmente, subastados. En estos eventos suelen venderse a precios mucho menores de su coste real, lo que hace que sea una oportunidad realmente buena para hacerse con ellos, aunque, claro está, conviene informarse bien, ya que han estado mucho tiempo a la intemperie, por norma general quien puja no los puede ver en persona, etc.
