Los avances introducidos en los motores de los últimos tiempos han ido enfocados a la reducción de agentes contaminantes y, por tanto, a la consiguiente adecuación a las normativas EURO, cada vez más estrictas.

Hace unos años, los departamentos de desarrollo de las marcas estaban enfocados a la optimización de la potencia de los motores, sacando el equilibrio entre potencia y consumo; ingredientes esenciales para que un determinado vehículo fuera atractivo en su venta al consumidor final.

A todo este puzzle del desarrollo de un motor vamos a añadirle una pieza muy complicada de colocar: sus propulsores eficientes, además, tienen que contaminar mucho menos.

¿Qué elementos se han instalado en los motores para reducir la contaminación?

Seguro que te suenan: catalizadores, válvulas EGR y filtros antipartículas.

El catalizador es un tamiz de cerámica con forma de panal de abeja dentro de un recipiente metálico situado en una continuación del escape. Está recubierto en su interior de materiales preciosos: radio, paladio y platino. Generalmente se encuentra en la parte central de los bajos del coche, teniendo algunos modelos incluso varios. Y por tener este tipo de materiales son tan codiciados por los amigos de lo ajeno.

Estos metales preciosos reaccionan químicamente con el paso de los gases contaminantes, transformándolos en gases inocuos en su salida al exterior.

Máquina descarbonizadora

La EGR es una válvula que tiene unos conductos que comunican el colector de escape con el de admisión. Cuando los gases de escape salen de la cámara, parte de ellos vuelven al colector de admisión para volver a entrar de nuevo a través de la válvula EGR.

Y por último, los filtros antipartículas. Es un recipiente metálico que se encuentra en el tubo de escape y que intercepta las partículas de hollín que salen al exterior.

Elementos problemáticos

Encontrar el equilibrio de nuestro vehículo entre prestaciones, ecología y averías es muy complicado.

Todos los elementos mencionados anteriormente son asiduos a estropearse a lo largo de la vida útil, siendo bastante costosos. El problema es común a todos ellos: la acumulación de carbonilla.

La carbonilla en estos sistemas no solo afecta a su propio funcionamiento, sino que acentúa otro tipo de averías anexas: restos de carbonilla en la cámara, geometrías de turbos agarradas, asientos de válvulas llenas de hollín, etc. por lo que se traduce en malas combustiones, pérdidas de potencia y aumento de consumo de combustible.

¿Cómo limpiamos un motor sin abrirlo? Máquina descarbonizadoras

Aquí entran en juego las máquinas descarbonizadoras. Su funcionamiento es básico pero preciso: descongestionar el motor introduciendo oxihidrógeno (HHO) al motor.

La máquina descarbonizadora se alimenta de la propia batería del vehículo, y no de la red. El motivo es que si el motor se para, la máquina deja de funcionar. Por eso en muchos vehículos con alternadores inteligentes nos toca desconectar la clema a la centralita, para que el alternador trabaje todo el tiempo.

Como realizamos en el taller M2 Motor, introducimos la manguera a la admisión, y la situamos antes del filtro. El propio filtro actuará de cortafuegos si en un momento dado hay algún problema.

Revisamos el nivel de aceite, observamos si hay alguna fuga en su arranque. Si está todo correcto conectamos la máquina y revolucionamos el coche durante 60 minutos a 2.000 r.p.m y dejamos trabajar a la máquina. Casi al final del programa, hacemos un ciclo de 10 aceleraciones de 2.000 a 4.000 vueltas. Con eso conseguimos desatascar las geometrías del turbo.

Es muy importante utilizar un producto específico para limpiar la inyección. Nosotros utilizamos Red Line ya que da muy buenos resultados (lo puedes pedir aquí).

Los resultados: en coches con cierto kilometraje la notoriedad es mayor. Principalmente vamos a notar que el coche va más suave, aumentando la potencia y reduciendo el consumo en algunos casos hasta de 0,5L/100km.

Pros y contras

Seremos honestos. La descarbonización la tenemos que asimilar como un elemento de mantenimiento, y no como un elemento reparador de averías.

El que hace sus mantenimientos correctamente no repara. Pongamos unos ejemplos:

BMW 645d de Alemania con “200.000km” que nos llega con turbos agarrados y filtro antipartículas obstruidos. Es imposible, que con una máquina descarbonizadora actual podamos reparar unos elementos totalmente obstruidos, en el cual el hollín ya se ha convertido en costra. En estos casos, solo nos queda desmontar y limpiar fuera, con la consiguiente factura elevada debido al gran tiempo que tendremos que emplear.

Para que eso no suceda, se aconseja utilizar la máquina descarbonizadora en mantenimientos alternos. Evitando la formación de costras imposibles de limpiar.

Mirando el libro de revisiones, tres descarbonizaciones entre medias de sus mantenimientos habrían sido suficientes para que no hubiera concentración de hollín en el interior del motor.

Habría gastado unos 80€/120€ x3 = 240€/300€ a lo largo de la vida útil del vehículo. Mucho menos que la factura cercana a los 2.000€ que tiene que pagar ahora. Sumado al ahorro de combustible por la falta de buena combustión de todos esos años. Prueba irrefutable que es mejor mantener que reparar.

Obviamente, este tipo de mantenimientos los tienen que hacer técnicos con formación específica para garantizar los mejores resultados.

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