Desde finales de los 70, la saga de Mad Max siempre ha sido de culto para los ‘petrolheads’. Pero la cuarta entrega, en 2015, fue quizá la más especial, en cuanto a puro espectáculo visual-automovilístico. Seguro que recordarás la magnífica escena de la persecución por el desierto, con casi un centenar de vehículos surrealistas tratando de dar alcance a Imperator Furiosa. Pues ahora salen a subasta los coches de ‘Mad Max: Furia en la carretera’. O más bien deberíamos decir los supervivientes.

Porque para aquella película, el diseñador de producción Colin Gibson creó unos 150 ‘monstruos’ de 4 (o 6, o 12) ruedas, de los que 88 acabaron apareciendo en pantalla. Los coches base y las piezas añadidas, así como muchas de las armas que lucían, se rescataron de desguaces de toda Australia. Pero muchos estaban destinados a inmolarse en el rodaje, por lo que algunos ni siquiera funcionaban.

Por lo que vemos en la página de la casa de subastas, la australiana Lloyd Auctions, solo 13 de esos automóviles posapocalípticos siguen vivos y vagando por la Tierra Desierta a día de hoy. Y son los que actualmente están a la venta. Entre ellos se cuenta el mítico Gigahorse del villano, Immortan Joe. Es decir, una bestia formada por dos Cadillac Coupe DeVille unidos y propulsados por un par de motores V8 turbo montados en paralelo.

También está el Doof Wagon, que recordarás como ese escenario portátil lleno de bafles que llevaba al guitarrista con lanzallamas. En realidad, se trata de un antiguo vehículo militar portamisiles, con tracción 8×8. Y el nuevo ‘Interceptor’ (el histórico coche de Mad Max desde la primera entrega), un muy australiano Ford Falcon XB de 1973. También con doble V8 y neumáticos de off-road, claro.

Subasta coches Mad Max Doof Wagon

El único problema aquí, aparte de los altos precios que sin duda alcanzarán estas piezas que acumulan tanta arena como historia del cine, es que los 13 se venden en pack. Y también que desconocemos si todos funcionan. O si aún lo hace alguno, en realidad (así que no, no te servirán para afrontar el apocalipsis zombi que se avecina, lo sentimos). Es decir, que son para coleccionistas muy serios o, como indican desde Lloyd, para montar (o completar) un museo del motor en la gran pantalla.

Si eso está entre tus planes de futuro (o si tienes tanto dinero como para permitirte comprarlos todos solo para aparcarlos enfrente de casa y meterles un susto de muerte a los vecinos), has de saber que puedes pujar por ellos de manera confidencial y pagar en cualquier divisa. Incluidas criptomonedas. Algo que encaja muy bien, ya que hablamos de futuros distópicos. También te los enviarán a cualquier punto del mundo. La subasta finaliza el 26 de septiembre.

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