Como suelo decir a menudo, la década de 1980 representó el punto álgido del automovilismo en el mundo, no por el número de carreras o por las prestaciones de los coches, sino porque todo lo que podrías imaginar era posible en los 80, como una carrera donde se reuniera a una veintena de pilotos compitiendo con un mismo coche en Nürburgring. Esta analogía tuvo lugar en 1984, en la ‘Race of Champions’ celebrada en un reabierto circuito de Nürburgring donde un joven Ayrton Senna obtuvo la victoria a los mandos del Mercedes-Benz 190 E 2.3-16.
Todo este espectáculo automotriz que hoy sería imposible debido a los contratos y patrocinios de pilotos tan variados como los que aquel 12 de mayo de 1984 se dieron cita en Nürburgring, tuvo lugar hace ahora casi 36 años. Entonces la vida era algo más flexible y, si te invitaban a participar en una carrera “amistosa” y te apetecía asistir, había muy pocas trabas para que la pudieras disputar. Esta es la historia de la que para muchos es una de las mejores carreras de la historia y, probablemente, irrepetible.
‘Race of Champions’ (1984): el año que Ayrton Senna ganó con un Mercedes-Benz 190 E 2.3-16 en Nürburgring
La idea de unir a una veintena de pilotos de talla mundial en el famoso circuito alemán para disputar una carrera donde todos conducirían el mismo modelo, surgió a finales de 1983 en el seno de Mercedes. Había pasado apenas un año y medio desde que Mercedes presentara el W201 para rivalizar con los Audi 80 y BMW Serie 3 E30 (prueba) de la época, y, coincidiendo con la reapertura en 1984 del circuito de Nürburgring, los ejecutivos de la firma alemana tuvieron la peculiar idea de celebrar una carrera en este trazado, con los mejores pilotos de los últimos tiempos a los mandos de la, por entonces, versión más prestacional del 190 E, el 2.3-16.
Entre 1981 y 1984, Nürburgring-Nordschleife había permanecido cerrado al público y a la competición en general debido a una remodelación de la pista. Para darle de nuevo la bienvenida al circuito, y como un escaparate donde mostrar al mundo las prestaciones y el rendimiento del Mercedes-Benz 190 E 2.3-16, que había debutado en septiembre de 1983, la firma de la estrella decidió escoger un total de veinte pilotos entre campeones mundiales de Fórmula 1, campeones en Nürburgring y otros pilotos profesionales de clase mundial como sus conductores.
El Mercedes-Benz 190 E 2.3-16, el coche elegido
El 190 E 2.3-16 era el vehículo perfecto para esta misión. Su motor Cosworth de cuatro cilindros y 2.3 litros con 16 válvulas producía 185 CV de potencia había sido testado a conciencia en agosto de 1983 en el circuito italiano de Nardò, donde tres unidades de preproducción circularon durante 50.000 kilómetros a una velocidad promedio de 247 km/h. Con estas características, el bautizado como “Baby-Benz” debía enfrentarse ahora a un nuevo desafío: una carrera en el recién reinaugurado circuito de Nürburgring.
Pero había un inconveniente. El 190 E 2.3-16 había sido presentado en el Salón Internacional de Frankfurt en septiembre de 1983 y su producción no estaba prevista que se iniciara hasta la primavera de 1984. La dirección de Mercedes decidió que la ‘Race of Champions’ se disputaría el 12 de mayo de ese mismo año, por lo que tuvieron que ser ensamblados un total de 20 vehículos idénticos antes de la producción en serie.
Los coches, además, fueron modificados para la carrera. Aunque mecánicamente mantenían las especificaciones originales, los ingenieros de Mercedes instalaron una jaula antivuelco obligatoria, interruptores de parada de emergencia y arneses de seguridad de seis puntos. La altura del chasis se rebajó 20 mm y el chasis aumentó su rigidez, mientras que la transmisión obtuvo relaciones de cambio más cortas y el motor fue acompañado de un sistema de escape deportivo con una limitación de 103 dB. Por último, diez ejemplares fueron terminados en color Smoke Silver y los otros diez, en Blue-Black Metallic.
¿Qué pilotos serían los elegidos para la ‘Race of Champions’ de 1984?
Mercedes confeccionó una parrilla de lujo compuesta por 20 de los mejores pilotos de todos los tiempos, entre los que se encontraban campeones del mundo de Fórmula 1, pilotos que había conquistado Nürburgring en diferentes modalidades de automovilismo y jóvenes pilotos con grandes aspiraciones a ser campeones. Esta veintena de conductores fue dividida en tres grupos principales: superestrella, excampeones y novatos.
Así quedó compuesta la parrilla para la Carrera de Campeones de 1984:
- Ayrton Senna
- Niki Lauda
- Carlos Reutemann
- Keke Rosberg
- John Watson
- Denny Hulme
- Jody Scheckter
- Jack Brabham
- Klaus Ludwig
- James Hunt
- John Surtees
- Phil Hill
- Manfred Schurti
- Stirling Moss
- Alain Prost
- Udo Schutz
- Jacques Laffite
- Hans Hermann
- Elio de Angelis
- Alan Jones
Nunca más desde entonces tantos campeones del mundo de Fórmula 1 han participado en una carrera juntos. Incluso el cinco veces campeón de F1, Juan Manuel Fangio, que por entonces tenía 72 años, acudió al circuito a disfrutar de la carrera, aunque por razones obvias de salud no llegó a participar. Tampoco lo hicieron Nelson Piquet y Jackie Stewart, ya que sus equipos no se lo permitieron; mientras que Emerson Fittipaldi y Mario Andretti se encontraban en inmersos en las 500 millas de Indianápolis.
La carrera que un casi desconocido Ayrton Senna ganó
Un plantel de este calibre podía eclipsar a pilotos mucho menos conocidos por aquel entonces como Ayrton Senna, de 24 años. Sin embargo, el brasileño llegaba a Nürburgring con la oportunidad de hacerse notar entre los mejores pilotos de los últimos años y campeones de tanto tipo, a pesar de que la carrera había sido concebida como una competición “amistosa”.
En la fase de clasificación, Senna logró situar su Mercedes-Benz 190 E 2.3-16 con el número 11 impreso sobre la carrocería en el tercer puesto de la parrilla de salida, detrás de Prost y Reutemann. Una vez se dio la salida, el joven Senna aprovecharía sus incuestionables dotes al volante para situarse al frente de la carrera mientras contemplaba por el espejo retrovisor a un veterano Lauda, campeón del mundo de la Fórmula 1 en 1975 y 1977, y que acabaría siendo por tercera y última vez ese mismo año 1984.
El austríaco tuvo que empezar la carrera desde la parte posterior de la parrilla de salida y consiguió remontar hasta el cuarto puesto en la primera de las 12 vueltas que conformaban esta Carrera de Campeones. Lauda no estaba dispuesto a tolerar una derrota ante un ‘novato’ de la generación más joven. A lo largo de la carrera, ambos intercambiaron posiciones en una demostración de habilidad y concentración al volante.
Poco antes del final de la carrera, Senna superó a Lauda en una valiente maniobra y ganó por tres décimas de segundo. El brasileño no solo había conseguido la victoria, sino que había llamado la atención del mundo de la Fórmula 1 y de más de 120.000 espectadores. Su victoria en Nürburgring no solo fue un hito importante en su trayectoria, sino que también fue el pistoletazo de salida para una vida repleta de reconocimiento para el Mercedes-Benz 190 E 2.3-16, un vehículo que poco tiempo después sería participante del Campeonato Alemán de Turismos (DTM).
¿Qué fue de esos veinte Mercedes-Benz 190 E 2.3-16?
Mientras tanto, el 190 E 2.3-16 que Senna llevó a la victoria en la ‘Race of Champions’ de 1984 fue a parar al Museo Mercedes-Benz. Ayrton recibió el premio por ganar la carrera en Nürburgring, un 190 E 2.3-16 completamente nuevo. El resto de coches fueron devueltos a la fábrica, volvieron a sus especificaciones originales y se vendieron para satisfacer la creciente demanda del modelo. Tan solo el coche que pilotó Niki Lauda se conservó en su estado de carreras original y vendido a un coleccionista de Austria y luego a uno de Suiza. Tan solo estos dos ejemplares, el de Senna y el de Lauda, se conservan en su estado original actualmente.