Seguramente, alguna vez te hayas preguntado si un motor diésel puede funcionar con gasolina y viceversa. No son pocos los casos en los que un conductor despistado se ha equivocado de combustible a la hora de repostar. Pero ¿qué sucede? ¿Puede un motor diésel funcionar con gasolina? ‘Garage 54’ te lo dice en un vídeo muy interesante.
Para empezar, ambos motores pueden sufrir daños graves con el combustible equivocado. Transformar un motor diésel para que funcione con gasolina requiere de un gran trabajo, con modificaciones muy importantes en el corazón del bloque. Y los chicos del canal de YouTube lo han conseguido con un viejo motor diésel de Toyota.
Cambios importantes

El equipo de ‘Garage 54’ utiliza un motor turbodiésel Toyota 2CT, extraído de una furgoneta. A la hora de transformar el motor, hay que tener en cuenta algunos aspectos importantes. Por ejemplo, los motores diésel funcionan por compresión, es decir, carecen de bujías. Por tanto, hay que instalarlas en la cámara de combustión.
Por otra parte, el sistema que suministra el gasóleo a alta presión no sirve con la gasolina. Y lo más difícil, la relación de compresión, ya que un motor diésel tiene una relación de compresión de 23:1, lo que provocaría la detonación si se alimentara de gasolina. Para que no ocurra, hay que reducir esa relación lo más cerca posible a 10:1.
Paso a Paso

Lo primero que hicieron los chicos fue desmontar el motor y limpiarlo. Después de realizar las diferentes mediciones del tamaño de la cámara de combustión y mirar las especificaciones del motor, era evidente que no bastaría cambiar las juntas de cabeza para conseguir la relación de compresión adecuada, ya que ésta se quedaría en un 16:1, lejos de lo deseado. Lo que hizo el equipo fue rebajar los pistones en 4 milímetros para conseguir una relación más baja.
Si vamos a tener un motor de gasolina, hace falta la chispa que provocan las bujías para que funcione y, por tanto, las cámaras de preignición y puertos de inyección de combustible adaptados a las bujías. Por otra parte, el equipo comprueba que la bomba de inyección del gasóleo funciona con un engranaje de transmisión idéntico al engranaje del árbol de levas. Esto permite retirar la bomba y sustituirla por el distribuidor de un Lada Samara, que se acciona en una proporción 1:1 con una leva.
¡Se pone en marcha!
Lo siguiente era controlar la mezcla de combustible y aire. Para ello, instalaron los viejos colectores de admisión del Lada, previamente cortados y modificados para adaptarse al motor Toyota, y añadieron un carburador para suministrar el combustible.
Una vez hecho todo esto, el motor, colgado de un soporte y conectado a una vieja batería, se pone en marcha, tras suministrar un poco de gasolina. No solo eso, sino que responde al acelerador. Está lejos de ser un motor de gasolina suave y refinado, ya que se muestra bastante tosco y se viene abajo cuando se deja de acelerar. Pero no hay duda de que el “nuevo” motor de gasolina funciona, aunque desconocemos qué potencia es capaz de desarrollar.