Como ocurrió con el Corolla, la compañía japonesa ha decidido comercializar de nuevo en Europa uno de sus modelos más exitosos. Treinta y siete años lleva el coche de la prueba, el Toyota Camry, a la venta, y en ese periodo de tiempo se han comercializado más de 19 millones de unidades, que han sido vendidas en más de 100 países. Estas cifras, además de poner de manifiesto la importancia del vehículo en la industria automotriz, también sirven para completar una excelente carta de presentación.
La berlina japonesa aterriza en España con una sola motorización: el 2.5 Dynamic Force de 218 CV. Cómo no tratándose de Toyota, un propulsor híbrido autorrecargable -noveno modelo híbrido que comercializa en nuestro país-. Asimismo, el automóvil está desarrollado sobre la nueva plataforma TNGA-K, con las ventajas que ello conlleva y que más adelante te detallaré.
Lo importante es que, a pesar de que la gran mayoría de fabricantes ha decidido prescindir de las berlinas en su gama -otras se reinventan como el (prueba) Peugeot 508 2018-, Toyota ha decidido comercializar la octava generación de este vehículo del segmento D -la propia marca, con el acabado más alto, lo sitúa en el E-. Y lo ha hecho con una línea elegante y una imagen y unas cotas propias de una berlina de representación.
https://youtu.be/s3jkyptSEcU
De su parte frontal destaca su enorme toma de refrigeración, que ocupa casi todo el ancho del paragolpes y que está formada por múltiples lamas. También sus afiladísimos faros y las líneas de diseño del capó. Visto de perfil se aprecia claramente la gran superficie acristalada con la que cuenta y las peculiaridades de los pilares A y C: el primero es menos grueso para favorecer la visibilidad, mientras que el segundo adopta una línea de tensión descendente que consigue darle al automóvil un aire distintivo. Pero lo que más me ha llamado la atención es la tapa del maletero, que integra un alerón, que, salvando las distancias y el tamaño, me recuerda bastante al del Toyota Supra.
La prueba dinámica del Toyota Camry Hybrid, desde las plazas traseras
No me da tiempo a acomodarme en la plaza del conductor, porque las traseras me esperan. Cuando probamos un coche son contadas las ocasiones en las que podemos situarnos en la segunda fila mientras el vehículo están en movimiento. La firma oriental sabe muy bien lo que ha creado; está segura de la comodidad y el espacio que ofrece, y por eso ha preparado un servicio de chofer antes de comenzar la prueba dinámica del Toyota Camry 220H, algo original y que agradezco. Y hace bien, no porque sepa que me muevo menos que una alcayata, sino porque así comprobaré que su nuevo automóvil rebosa comodidad y espacio. El hueco existente para las piernas es enorme, casi insultante. De rozar mi cabeza con el techo me separan cuatro dedos -mido 1,78 cm-, y hay espacio para los hombros. Si viajan tres pasajeros, el central irá apoyado en un respaldo algo más duro al esconder un apoyabrazos con posavasos, equipamiento que puede verse ampliado con un teclado táctil más propio de BMW y que solo está disponible con el acabado Luxury, así como también los asientos reclinables eléctricos. Mucha comodidad y espacio, ventaja de su plataforma...
Después de vivir desde las plazas traseras la prueba del Toyota Camry Hybrid, es hora de hacer lo que me gusta, conducir. Y la verdad es que el vehículo te lo pone muy fácil. Lo primero porque es realmente cómodo; adopta una suspensión trasera de doble triángulo que hace un trabajo magnífico porque filtra, pero mantiene el coche estable, sin apenas balanceos en curva. Y lo segundo porque es un coche con el que se puede circular rápido en los virajes, porque pisa muy bien y mantiene un aplomo muy digno, sorprendente para tratarse de una berlina de representación. También se ha reducido la altura libre al suelo y el centro de gravedad, ayudando a cumplir esa función.
Pero donde realmente se disfruta este coche es en carretera, devorando kilómetros y kilómetros, porque está realmente bien insonorizado -Toyota ha introducido elementos aislantes en el capó, los bajos y el techo- y tiene un coeficiente aerodinámico de 0,27 Cx. La aguja del velocímetro marca 120 km/h y el sonido que se filtra es mínimo, por lo que si no estoy atento supero con creces la velocidad máxima permitida sin inmutarme. Pero esa tranquilidad, esa serenidad de la que presume el Toyota Camry 220H y de la que he podido disfrutar durante la prueba se esfuma cuando piso con ganas el acelerador, momento en el que el cambio de variador continuo con seis marchas simuladas se hace notar. Lo siento, no soy nada partidario de esos cambios. Sí, son perfectos para circular por ciudad o en carretera de forma muy tranquila, pero cuando pisas el pedal derecho con ganas...
Porque correr, corre. Su motor de combustión de 2.487 cc, que genera 178 CV, es asistido por uno eléctrico para entregar una potencia conjunta de 218 CV, caballería que se nota. Asimismo, para 'adaptarse' a mí, existen tres modos de conducción (Eco, Normal y Sport), que no he percibido que hubiera mucha diferencia entre ellos. Se suma el modo EV, con el que se circula de forma totalmente eléctrica mientras las condiciones lo permitan. Esta combinación le permite lucir la etiqueta ECO en el parabrisas, con las ventajas que ello conlleva.
Me despido de esta berlina de cuatro puertas y 4,89 metros de longitud, que en vivo no parecen tantos, la verdad, pero antes dedico un tiempo a mirar el puesto de mandos. Los buenos materiales se complementan con buenos ajustes; en ese sentido, nada que objetar. Sí lo hago con la pantalla del sistema de infoentretenimiento, que no es precisamente grande para los tiempos que corren y que, además, exhibe unos gráficos poco modernos y logrados. La percepción de calidad aumenta con el acabado Luxury gracias al tapizado en cuero y a las molduras que simulan madera y que Toyota ha denominado Tiger Eye.
El Toyota Camry Hybrid está disponible con tres acabados de equipamiento, Business, Advance y Luxury, y con un precio de partida de 36.500 euros, 32.300 con descuentos. Destaca que desde el nivel de acceso ya equipa el Toyota Safety Sense (sistema de seguridad precolisión con detención de peatones, reconocimiento de señales de tráfico, control de crucero adaptativo, control inteligente de luces de carretera y avisador de cambio involuntario de carril con corrección de la dirección), entre otros elementos como luces LED, llantas de aleación de 17", climatizador bizona, entrada y arranque sin llave, sensores de aparcamiento con cámara marcha atrás, pantalla TFT 7" a color en cuadro de instrumentos, WI-FI, reconocimiento de voz y pantalla multimedia Toyota Touch de 7".