Hoy en día existen multitud de coches de lujo, pero ninguno como el que pruebo hoy: el Rolls-Royce Wraith. Este vehículo combina refinamiento, tradición y modernidad ‘made in’ Rolls- Royce. Pero, además, también deportividad, ya que es el más dinámico de la gama.
Es subirme en este gran coupé y ya siento la atmósfera típica de los vehículos del fabricante de origen inglés. La textura de los materiales, pasando por los elementos funcionales y hasta el olor del Wraith exponen que estoy probando un auténtico Rolls-Royce.

Por fuera destaca la parrilla en su parte delantera; es más profunda y delgada que la de otros modelos de la marca. Adopta lamas más finas y están flanqueadas por unos por unos faros horizontales -que son autoadaptables, ya que automáticamente baja la intensidad de las luces cuando se presenta una fuente de luz- y bastante estrechos. Además, traen tecnología LED. Coronando la parrilla, como no podía ser de otra forma, se encuentra el ‘Espíritu del éxtasis’, que está apoyado en una base iluminada por diodos y que se oculta de los ladrones al cerrar el coche. Y hablando de cerrar, el Wraith mantiene las características, pero pesadas, puertas suicidas, solo que esta vez existen botones al alcance de los pasajeros de las plazas delanteras para la apertura y cierre de las mismas.

Destacan sus grandes llantas de 20 pulgadas que exhiben un diseño diferente a lo que habíamos visto en otros modelos de esta compañía de BMW Group. Combinan colores y calzan neumáticos Continental 285/40R20.
Bajo su extenso capó de aluminio encontramos un motor V12 twin-turbo 6.6 capaz de rendir 624 CV y 800 Nm de par, cifras que, a pesar de contar con nada más y nada menos que 2.360 kg de peso, ayudan a mover el vehículo de forma fugaz. Solo hay que echar un vistazo a su 0 a 100 km/h de 4,7 segundos para darse cuenta de ello. A ello contribuye la única transmisión disponible, la automática de ocho velocidades, que realiza un trabajo impecable disimulando las transiciones entre marchas y transfiriendo la fuerza exclusivamente a las ruedas posteriores. Asimismo, trabaja con el sistema de navegación, de forma que puede anticiparse al tipo de ruta (intersecciones, terrenos, etc.) para calcular la marcha idónea.

Durante la prueba, el conjunto motor/cambio ha permitido al Rolls-Royce Wraith moverse con unos consumos de 21,7 l/100 km en ciudad y 13 en carretera.
La sensación que he tenido durante la prueba del Rolls-Royce Wraith es que reúne todos los requisitos que un vehículo de lujo debería tener: es silencioso, suave, sofisticado y energizante. Su gran capo me da la sensación de moverme en un bote, sus asientos son capaces de alojar cómodamente a sus pasajeros por largos tramos y su suspensión se adapta automáticamente para ofrecer la respuesta necesaria a cada momento.
El precio de partida del Rolls-Royce Wraith es de 340.176 euros, aunque ya se sabe, que sus potenciales compradores pueden gastarse unos miles de euros en los paquetes disponibles o millonadas en extravagantes personalizaciones, para lo que Rolls está más que preparada.

Ficha técnica Rolls-Royce Wraith |
Motor |
Cilindrada |
6.592 cc |
Cilindros |
12 en V |
Potencia máxima |
632 CV / 5.600 rpm |
Par máximo |
800 Nm / 1.500-5.500 rpm |
Transmisión |
Caja de cambios |
Automática 8 velocidades |
Tracción |
Trasera |
Suspensión |
Delantera |
Paralelogramo deformable / Resorte neumático |
Trasera |
Paralelogramo deformable / Resorte neumático |
Dimensiones |
Longitud |
5.269 mm |
Anchura |
1.947 mm |
Altura |
1.507 mm |
Distancia entre ejes |
3.112 mm |
Alimentación |
Tipo de alimentación |
Inyección directa. Turbo. Intercooler. |
Peso |
Peso |
2.360 kg |
Prestaciones |
Velocidad máxima |
250 km/h |
Aceleración 0-100 km/h |
4,6 seg |
Consumos |
Urbano |
21,2 l/100 km |
Extraurbano |
9,8 l/100 km |
Combinado |
14,0 l/100 km |
Emisiones |
Emisión CO2 |
327 g/km |
Precio |
Precio oficial |
340.176 euros |
Fuente: Univisión