Tras probar el Porsche 911 Carrera T, puedo afirmar que a veces menos es más y este deportivo es el ejemplo perfecto para demostrarlo. Porque aunque sea una de las variantes más ‘asequibles’ del icónico modelo de Porsche, este modelo me ha hecho disfrutar como ningún otro vehículo de los que he probado. Quizá eso no signifique nada para ti, pero para mí es mucho decir si valoro el hecho de han pasado cientos de coches por mis manos y que no me considero precisamente un porschista.
Está claro que aprecio mucho a este fabricante, especialmente por sus increíbles logros en competición, aunque también por su incontestable éxito en el apartado comercial. ¿Puedes enamorarte de un coche? Quizá esta pregunta te parezca fuera de lugar, pero después de probar el Porsche 911 T no me queda más remedio que pensar que la respuesta es sí. Y eso es un verdadero problema, porque ahora no me lo puedo quitar de la cabeza.
Dicho esto, voy a explicarte de la forma más objetiva que pueda porqué tú también sentirías lo mismo si tuvieras la oportunidad de tenerlo en tu garaje o de sentarte tras el volante de un Porsche 911 Carrera T. Pero para ello, antes debemos volver atrás en el tiempo, concretamente al año 1968, cuando el fabricante de Stuttgart lanzó al mercado el primer Porsche 911 T. Un vehículo simplificado con respecto al resto de la gama, con menos equipamiento y por tanto más liviano, para tener así un precio más competitivo sin que por ello los usuarios tuvieran que renunciar a las sensaciones deportivas más puras
Porsche 911 Carrera T: menos ingredientes, más sabor
Sigue la misma receta que su predecesor, ya que tiene cosas en común, como por ejemplo, la posibilidad de contar con menos equipamiento, su menor peso, la presencia de una transmisión manual con relaciones de cambio más cortas o de un diferencial autoblocante mecánico. Otros elementos diferenciadores con respecto al Porsche 911 Carrera en el que se basa son la luneta y los cristales laterales traseros, que están realizados con un material más ligero y que además, junto con la ausencia de parte del material aislante, filtran menos el sonido.
También las manetas para abrir las puertas desde el interior, que han sido reemplazadas por unos tiradores textiles. A esto hay que sumar la presencia de unos asientos delanteros 10 kg más ligeros por unidad que los del Carrera normal o la posibilidad de suprimir elementos de equipamiento, como el sistema multimedia Porsche Communication Managment o las pequeñas plazas traseras. Por desgracia, la unidad utilizada para realizar la prueba del Porsche 911 Carrera T no solo monta el equipo de información y entretenimiento y los asientos traseros, es que además cuenta con la caja de cambios automática PDK de siete relaciones.
Ojo, que con esto no quiero decir que sea un cambio malo, porque sin duda alguna es la mejor transmisión de doble embrague del mercado, solo que los desarrollos de cambio son idénticos a los del modelo en el que se basa mientras que si equipara la manual, estos serían más cortos y también los recorridos de la propia palanca. Otros elementos que lo diferencian de un Carrera son el chasis deportivo PASM, que rebaja la altura al suelo en 20 mm y que no está disponible ni en opción en el modelo base, el paquete Sport Chrono o el eje trasero direccional, que tampoco se ofrece en el Carrera normal y que también equipaba esta unidad.
Prueba del Porsche 911 Carrera T: el deportivo para disfrutar todos los días
La ‘T’ del Porsche 911 Carrera T no hace referencia a su mecánica sea turboalimentada -aunque lo sea-, en realidad Porsche usa esa sílaba para identificarlo como un Turismo. Es decir, un vehículo apto para desenvolverse con soltura y eficacia en cualquier situación que se presente en la carretera.
Es un deportivo para puristas, pero para puristas que lo sean a diario. Porque un Porsche 911 GT3 (prueba) es un coche para ocasiones especiales, para disfrutar los fines de semana en una carretera de montaña o en tu circuito favorito. Esto es más evidente todavía en el rey de la gama 911, el espectacular Porsche 911 GT2 RS (prueba), cuyos propietarios probablemente solo lo sacarán unas pocas veces al año.
Y aunque el Porsche 911 Carrera T no alcance la precisión del GT3 o la brutalidad del GT2 RS, porque a fin de cuentas no está firmado por el departamento GT de Porsche y no deja de ser un 911 Carrera con una configuración más orientada a la deportividad, se puede disfrutar más que estos porque no encontrarás pegas para utilizarlo a diario. Es verdad que es más ruidoso que un Carrera normal, pero hay que tener en cuenta que esa variante del nueveonce es casi tan confortable como una berlina deportiva.
Muchos se llevaron las manos a la cabeza cuando la gama del 911 dio el salto a las mecánicas turboalimentadas -exceptuando el GT3 y Porsche 911 GT3 RS que ya probamos-. Y francamente, no lo entiendo. Porque más allá del motivo emocional del sonido, que por cierto no está nada mal en el 911 Carrera T de la prueba gracias a los escapes deportivos, el rendimiento de los motores bóxer sobrealimentados de Porsche es superior a los atmosféricos.
La tecnología permite que la entrega de potencia sea tan lineal como siempre, alcanzando el régimen de potencia máxima más allá de las 6.000 vueltas, lo que te permite estirar las marchas hasta el corte sin que el motor desfallezca. Pero es que además el par motor máximo está disponible desde más abajo y durante más revoluciones, lo que repercute positivamente a la hora de adelantar o de realizar una conducción más eficiente. Al igual que el modelo en el que se basa, el Carrera T cuenta con un bloque 3.0 biturbo que entrega 370 CV de potencia y 450 Nm de par.
Asociado a la caja PDK, permite que acelere en tan solo 4,2 segundos de 0 a 100 km/h y que alcance los 200 km/h en 14,5 segundos. El manual, aunque cuente con relaciones de cambio más cortas, no es más rápido acelerando o recuperando debido a la rapidez con la que actúa la caja de doble embrague. Esta última, como en el resto de la gama, responde con fidelidad a las órdenes transmitidas por el conductor a través de las levas. La única pega que puedo poner en este sentido es que quizá estas podrían ser más grandes, pues en ocasiones cuesta encontrarlas cuando estás dando vueltas al volante en curvas muy cerradas.
Como ves, no se puede decir que sea un coche precisamente lento. Es cierto que hay variantes del 911 muchísimo más rápidas, pero lo bueno es que puedes aprovechar en más ocasiones el rendimiento que ofrece el propulsor, tal y como me ha demostrado durante la prueba el Porsche 911 Carrera T. Y eso al final se traduce en satisfacción para el conductor, que siente que de verdad está sacando partido al coche, que está exprimiendo todo lo que puede dar. Aunque en el fondo y en las manos adecuadas, probablemente pueda ir todavía más al límite, pero mejor no pensarlo.
A destacar |
A mejorar |
Comportamiento |
Precio |
Sonido |
|
Imagen |
|
Ficha técnica Porsche 911 Carrera T |
Motor |
Cilindrada |
2.981 cc |
Cilindros |
6 Boxer |
Potencia Máxima |
370 CV / 6.500 rpm |
Par Máximo |
450 Nm / 1.700 – 5.000 rpm |
Transmisión |
Caja de Cambios |
Automática, doble embrague 7 velocidades |
Tracción |
Trasera |
Suspensión |
Delantera |
Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal / Barra Estabilizadora |
Trasera |
Paralelogramo deformable / resorte helicoidal / Barra estabilizadora |
Dimensiones |
Longitud |
4.527 mm |
Anchura |
1.808 mm |
Altura |
1.285 mm |
Distancia entre Ejes |
2.450 mm |
Alimentación |
Tipo de Alimentación |
Inyección directa, turbo, intercooler |
Peso |
Peso |
1.520 kg |
Prestaciones |
Velocidad Máxima |
291 km/h |
Aceleración 0-100 km/h |
4,2 seg |
Consumos |
Urbano |
11,5 l/100 km |
Extraurbano |
6,8 l/100 km |
Combinado |
8,5 l/100 km |
Emisiones |
Emisión CO2 |
193 g/km (Euro 6) |
Precio |
Precio final |
Desde 124.010 euros |
Fotos: Álex Águilar