Previo a la implementación del servicio Porsche Exclusive en 1986, la marca alemana ya aceptaba pedidos especiales en sus vehículos, en realidad, desde el primer día. En 1954, existía una lista de pedidos que no contemplaba más de diez clientes, los cuales solicitaban extras como un limpiaparabrisas, escapes deportivos, asientos deportivos, faros auxiliares y ruedas monotuerca, los cuales añadían valor al Porsche 356, modelo que comercializaba la marca antes de la llegada del Porsche 911 -historia-.
En la década de 1960, los clientes comenzaban a demandar a Porsche Exclusive artículos como interiores de cuero, radios o portaesquís, pero ante todo estaban las modificaciones de rendimiento con fines en la competición. Por ello, la marca comenzó a desarrollar y fabricar los RS y RSR debido a la demanda de vehículos de altas prestaciones. En 1973, incluso, este servicio se había convertido en un Departamento deportivo real, el cual daba apoyo a los equipos de carreras de la marca y a clientes privados que competían con sus vehículos.
En 1975, dos unidades del Porsche 917 son demandadas por el Conde Rossi, dueño de Martini y patrocinador de Porsche en competición. Estas dos unidades, una en plata y otra en blanco, fueron modificadas para circular por la vía pública y entregadas en 1975 y 1977, respectivamente, y en 1983, el propietario de TAG, Mansour Ojjeh, encargó una unidad de calle del 935 de competición. Pero es en 1978 cuando todos estos servicios de personalización pasan a ser oficiales dentro de Porsche. Aparece el Departamento de Pedidos Especiales y, con él, los primeros catálogos denominados 'Programa de pedidos especiales Porsche'.
La demanda internacional de estos servicios era tal que, en 1986, Porsche decide crear la división Porsche Exclusive. El objetivo de la división era (y es) satisfacer todas las necesidades de los clientes. Si solicitan colores especiales, mejoras de potencia o componentes aerodinámicos, el servicio de pedidos especiales los realizará. Aunque una de las modificaciones más famosas de la división Porsche Exclusive es el frontal tipo cuña. Estas modificaciones eran muy famosas en Reino Unido, Estados Unidos y Japón, donde se realizaban especialmente en los 911 Turbo, por un precio que podía alcanzar los 100.000 dólares cuando se trataba de una modificación de carrocería completa.
Parte de la tendencia de instalar componentes estéticos de los acabados más altos de un vehículo, en un modelo estándar, ya lo realizaba Porsche Exclusive a mediados de los 80. En especial, se trataba de un kit del 911 Turbo, el cual comprendía la carrocería, los frenos, la suspensión y las ruedas, manteniendo de origen el motor estándar. Los trabajos de la división Porsche Exclusive llegaron incluso al todopoderoso 959, cuando un jeque de Qatar compró siete unidades del 959 y los personalizó a su gusto.
Uno de los trabajos más exquisitos de Porsche Exclusive fue realizado por encargo de la firma de alta costura Jil Sander. Encargó un Porsche 911 4S 993 con un interior de cuero totalmente personalizado y confeccionado por el diseñador principal de la firma, el cual seleccionó el tipo de cuero, y el grosor y color de las costuras. Una vez fue elaborado todo el interior, se entregó a Stuttgart para que se montara en el vehículo. Esta operación tuvo un sobrecoste de 70.000 marcos alemanes sobre el precio del 911 4S.
Fuente e imágenes: Classic Driver