Porsche es un fabricante con una destacada presencia en el mundo de la competición en todo tipo de campeonatos, desde carreras de resistencia hasta el mismísimo Rally Dakar. Sin embargo, no ha participado tanto en la categoría reina del automovilismo. Solo una vez y fue con el este monoplaza, el Porsche 804, el único Fórmula 1 que produjo Porsche.

No obstante, cabe reseñar que, si bien la participación de Porsche en la F1 como equipo oficial fue breve, sí ha sido más extensa de una forma externa, aportando tecnología. Pero el Porsche 804 sí podemos decir que es el único monoplaza construido íntegramente por la marca alemana

Llegada a la F1 casi de casualidad

Porsche 804 Fórmula 1

La llegada de Porsche a la Fórmula 1 fue casi casual, aprovechando la situación generada por un cambio de reglamento que afectó de forma contundente, tanto a la F1 como a la F2, donde la marca alemana dominaba claramente con el Porsche 718/2, con leyendas al volante, como Stirling Moss o Graham Hill.

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Pero en 1961 se produjo un cambio de reglamento con el que la FIA limitó a 1.5 litros la cilindrada de los motores. En consecuencia, el Porsche 718/2 se convirtió en un F1 o, dicho de otra forma, Porsche tenía la base para preparar un coche de F1 competitivo. En esa temporada de 1961, el 718/2 corrió junto al 787 y la marca alemana consiguió el tercer puesto en el campeonato de constructores.

Porsche 804, el único Fórmula 1 que produjo Porsche

Porsche 804 Fórmula 1

De cara a la temporada 1962, Porsche empezó a trabajar en un coche específicamente diseñado para la Fórmula 1 y el resultado fue el Porsche 804, un monoplaza potente y ligero, capaz de aspirar a los primeros puestos de la clasificación. Estaba equipado con un motor de ocho cilindros bóxer y 1.5 litros que desarrollaba 185 CV.

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El nuevo motor tenía un cárter de magnesio y un árbol de levas accionado por el cigüeñal a través de varios ejes. El diseño permitía girar a más de 10.000 vueltas, aunque se limitó por seguridad a 9.200 rpm. En total, el coche tenía un peso de sólo 461 kg y era capaz de alcanzar los 270 km/h.

Inicio poco esperanzador

Porsche 804 Fórmula 1

Los dos primeros chasis del 804 debutaron en el Gran Premio de Países Bajos en Zandvoort, cita inaugural de la temporada de 1962, a cargo de los pilotos Dan Gurney y Jo Bonnier.

El primero consiguió mejorar en dos segundos el tiempo del equipo de la temporada pasada en la F2, pero todavía era dos segundos más lentos que la cabeza. Ya en la carrera, Gurney tuvo que abandonar por un problema en la caja de cambios, mientras que Bonnier terminó en séptima posición.

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Estos resultados no fueron nada brillantes y, para el Gran Premio de Mónaco, Porsche llevó sólo el coche de Gurney, pero volvió a retirarse de la carrera tras un accidente en la primera vuelta.

La primera victoria

Porsche realizó algunas mejoras en el 804 y en el Gran Premio de Francia presentó un coche más competitivo. Gurney y Bonnier se clasificaron sexto y noveno, respectivamente. El segundo abandonó, pero Gurney tuvo una actuación brillante, consiguiendo ganar la carrera con una vuelta de ventaja sobre el Cooper-Climax de Tony Maggs, su perseguidor más cercano. De esta forma, Porsche consiguió su primera victoria en la Fórmula 1.

Después, en una carrera fuera de campeonato celebrada en Alemania, Gurney y Bonnier lograron un doblete. Desde entonces, el Porsche 804 sólo lograría una pole en América como mejor resultado, viéndose superado holgadamente por los innovadores Lotus.

Abandono de la Fórmula 1

Sin embargo, el Porshce 804 todavía estaba detrás de otros coches de la parrilla, como Lotus que, con su revolucionario chasis monocasco, era mucho más ligero y rígido que el alemán y ofrecía un mejor manejo. También el motor 1.5 de ocho cilindros estaba por detrás en rendimiento, con respecto a los BRM y los V8 de Climax. Ponerse a la altura exigía una potente inversión que Ferry Porsche no terminaba de ver.

Así que Ferry Porsche decidió abandonar la Fórmula 1 para centrarse en las carreras de resistencia, una especialidad donde la marca podía probar sus tecnologías de manera más sencilla y llegar a los coches de calle. El Gran Premio de Estados Unidos de 1962 fue el último que vio el Porsche 804 en acción.

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