Hoy se celebra el 60º aniversario de la muerte de James Dean, el joven y rebelde actor de 24 años que siempre mostró su pasión por Porsche. Pasando por un 356 Speedster, en septiembre de 1955 decidió dar el salto a un más potente Porsche 550 Spyder, el cual se ganó el apodo de Little Bastard por su dificultad para ser conducido y por el resto de historias que han rodeado al coche desde aquel trágico accidente un 30 de septiembre de 1955.
Tras la muerte del actor, una serie de fatales accidentes han rodeado al coche y los restos del mismo. Desde los primeros propietarios después de Dean, hasta un camionero que perdió la vida tras ser aplastado mientras el 550 Spyder era transportado a una exposición. Éste último suceso sirvió para que se le perdiera la pista al coche, el cual, para muchos, está maldito. Aparentemente ha estado paradero desconocido hasta ahora, ya que el Museo de Volo, en Illinois, asegura tener una pista de la ubicación del coche.
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Remontándonos a 2005, el Museo del Automóvil de Volo hizo pública una recompensa de 1 millón de dólares por los restos del Porsche 550 Spyder de James Dean. Durante la pasada primavera, el propio museo recibió una llamada de un hombre con una intrigante historia pero que serviría para esclarecer el paradero del coche.
"El dijo que tenía seis años en ese momento, pero estuvo presente para ver cómo su padre y algunos hombres más pusieron los restos del coche de James Dean tras una falsa pared en un edificio del condado de Whatcom, en Washington", asegura Brian Grams, director del Museo de Volo. También ha salido a la luz que este confidente conoce detalles exclusivos relacionados con el deportivo alemán, y que pasó la prueba del polígrafo para autenticar toda la información.
Por desgracia, este misterioso hombre no va a dejar escapar esta oportunidad de obtener una suculenta recompensa por lo que presenció hace décadas. Las conversaciones sobre el paradero del Porsche 550 Spyder de James Dean siguen en curso, pero el hombre quiere una cantidad de dinero garantizada por desvelar dicha ubicación. El museo, por su parte, aún está tratando de averiguar la propiedad legal del coche antes de conceder algún tipo de recompensa.
Fuente: Jalopnik