Se suele decir que los coches de carreras sirven para que las marcas mejoren porque sus versiones de carretera aplican muchas de las características de la competición. A lo largo de los años nos hemos encontrado con diferentes ejemplos que así lo corroboran: los frenos de disco, por ejemplo, se desarrollaron por primera vez para deportes de motor y luego se abrieron camino en los modelos de producción. Sin embargo, las homologaciones se convirtieron en una excepción y el Peugeot 205 T16 de los felices días del Grupo B lo confirma.
Las reglas de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) contenían una serie de requisitos para que un modelo pudiera participar en el Grupo B: uno de ellos era construir 200 modelos de carretera. Los fabricantes aprovecharon la oportunidad alentados, en parte, por la legislación relativamente laxa. No había demasiadas restricciones en materia tecnología y, por lo tanto, tenían libertad para desarrollar los coches destinados a la competición.
El Peugeot 205 T16
Peugeot llegó al Salón del Automóvil de Ginebra de 1984 de la mano de un modelo que estéticamente se parecía a otras versiones, pero cuando descubrías lo que albergaba en su interior no tenían nada que ver. El Peugeot 205 T16 lucía una carrocería e interior hechos a medida, pero contaba con un motor central y tracción total. Aquel propulsor de cuatro cilindros se basó en el bloque de hierro fundido de la versión diésel de la familia XU, pero fue modificado con un cabezal de 16 válvulas especialmente desarrollado para la ocasión y con la ayuda de un turbocompresor entregaba 200 CV.
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Peugeot fabricó 219 versiones de la carretera y, según cuentan, Jean Todt, que entonces era el jefe de Peugeot Talbot Sport, el equipo que compitió con el 205 T16 en el Grupo B, pidió que se pintaran cuatro del mismo color blanco que los modelos de rally. Uno habría sido para él, otro para Jean Boillot (presidente de Peugeot) y los restantes para André de Cortanze (director técnico de Peugeot Sport) y Didier Pironi, piloto de carreras francés.
Una jugosa subasta
El próximo 21 de marzo Aguttes On Wheels sacará a subasta uno de esos cuatro ejemplares, concretamente el chasis 33 de la ‘Serie 200’ original. Se cree, incluso, que podría ser el del propio Jean Todt aunque es algo que no se puede confirmar. Según la información proporcionada por el actual propietario, el motor y la caja de cambios son originales aunque la potencia se ha aumentado hasta los 230 CV.
El Peugeot 205 T16 acaba de ser revisado y equipado con una nueva bomba de gasolina y una nueva correa de distribución. La carrocería, además de las pegatinas, también es la original y calza unos nuevos neumáticos Michelin TRX. Con 9.900 kilómetros recorridos, la casa de subastas espera que alcance una cifra entre los 300.000 y 400.000 euros. Nadie dijo que revivir los felices días del Grupo B estuviera al alcance de todos.