Puede parecer un tema baladí puesto que en nuestro país son los vehículos más habituales, pero dada preponderancia de modelos automáticos en muchos otros mercados, hay un número enorme de conductores que se las ve y se las desea a la hora de tener que llevar un coche manual. Para ellos (y también para los que quieran repasar), estos son los pasos para saber cómo conducir un coche manual.
Y es que basta con echar un rápido vistazo a Youtube para comprobar la ingente cantidad de tutoriales de este tipo que hay, algo que desde nuestro criterio resulta raro, puesto que de la autoescuela sales sabiendo cambiar de marchas (al menos en teoría). Pero hay que tener en cuenta que otros países como por ejemplo Estados Unidos, los automáticos son la norma y muchos conductores ni se molestan en aprender porque simplemente no lo van a necesitar.
Es precisamente por eso, poniéndonos en el peor de los casos, por lo que vamos a empezar desde lo más básico.
Conoce la palanca de cambios
Es tu principal herramienta en esta tarea, así que conviene saber las posiciones que tiene y como funciona. En punto muerto está suelta y no engrana ninguna marcha, procediendo después a una disposición en ‘H’ con seis ramas para las distintas relaciones: primera arriba la ziquierda, segunda justo debajo, tercera arriba en el medio, cuarta debajo, quinta arriba ala derecha y sexta debajo de esta.
La marcha atrás
Si la disposición de las marchas es estándar, la marcha atrás es peculiar y varía de un modelo a otro. Por norma general, para acceder a ella habrá que hacer un movimiento “especial”, ya sea picar la palanca apretándola hacia abajo o tirar hacia nosotros de un mecanismo. Respecto a su posición, suele estar más a la izquierda que la primera velocidad o más a la derecha de la sexta.
Los pedales
Para los que lleguen de un automático, los pedales de acelerador y freno siguen intactos, pero a la izquierda de este surge un tercero, el embrague, clave a la hora de cómo conducir un coche manual.
El embrague e iniciar la marcha
Su función consiste en enlazar el motor con los ejes motrices, transmitiendo la rotación del primero a las ruedas. Estando en punto muerto se aprieta el embrague a fondo, introduciendo la primera marcha a continuación. Una vez “metida” hay que levantar suavemente el pie para que se engrane la marcha y el coche se ponga en movimiento. Si se levanta el pie demasiado rápido la fuerza no se transmitirá de manera correcta, haciendo que el motor se cale y se detenga. Si se mantiene pisado demasiado tiempo se puede llegar a quemar el embrague. La suavidad es la clave en se punto.
Transición entre relaciones
Una vez en primera el proceso debería ser relativamente fluido. Conduciendo, cuando el motor pase de su zona media de revoluciones, toca subir de marcha. Para ello pisamos el embrague a fondo, movemos la palanca de cambios a segunda y volvemos a realizar el juego de pedales, levantando el pie del embrague y aplicando potencia con el acelerador de una manera suave.
Bajar de marcha
Subir velocidades es más sencillo puesto que metemos marchas preparadas para llevar velocidades más elevadas, pero al reducir hay que contar que lo que va a entrar es una relación más “pequeña”, por lo que hay que tener más cuidado al igualar velocidad de motor y velocidad de las ruedas. Conviene reducir antes de embragar, realizando el mencionado proceso (juego de pedales) pero todavía con más suavidad. Hasta coger el punto al embrague es posible que la retención el motor sea demasiada y notemos como el coche da tirones.