En 1924, una Alemania devastada por la Primera Guerra Mundial se encontraba bajo una crisis política, social y económica galopante. Opel ya llevaba 25 años de vida y contaba con éxitos comerciales como el Doctorwagen. Sin embargo, los vehículos a motor seguían siendo un artículo de lujo, inalcanzables para la mayoría de los alemanes, más aún en aquellas circunstancias. Fue entonces cuando nació el Opel Laubfrosch.

Podemos considerar el Opel Laubfrosch como el primer vehículo fabricado en serie en Alemania y el primer ‘low cost’ del mundo. Fritz von Opel, nietro de Adam Opel, fundador de la marca, quería que una mayoría de alemanes accediera a la movilidad en aquella joven República de Weimar. Para ello, viajó a Estados Unidos, donde Henry Ford había creado la producción en serie, lo que permitió reducir notablemente los costes de producción y, por tanto, el precio de venta.

De regreso a Europa, visitó fábricas de automóviles francesas, que habían aplicado con éxito los nuevos métodos. Tomó buena nota del funcionamiento de las líneas de montaje y el uso de las máquinas herramientas e impulsó una ingente modernización de las instalaciones de Russelsheim.

Opel Laubfrosch, la rana arbórea

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Wikimedia Commons - Softeis

 

En mayo de 1924, hace ya 100 años, Opel dio un gran salto hacia la popularización del automóvil con el lanzamiento del Opel 4 CV, el primer vehículo fabricado en serie en Alemania. Todo un hito tanto por su el uso de las cadenas de montaje como por su propuesta, asequible, compacta y diferente.

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Su concepción era muy sencilla: se lanzó con un único color de carrocería, el verde, como ocurrió con el Ford Model T, aunque éste era negro. Tenía unas dimensiones reducidas, 3,20 metros de largo, 1,35 metros de ancho y 1,65 metros, lo que provocó que se le conociera como el ‘Laubfrosch’, la rana arbórea. Un animal que, en Alemania, es, además, sinónimo de buena suerte.

El primer 'coche del pueblo', antes del Volkswagen Escarabajo

El Opel Laubfrosch era un coche asequible para los estándares del mercado alemán de entonces, gracias a su construcción. La eficiencia de su línea de montaje, de sólo 45 metros de largo, unido a los avances que se fueron incorporando progresivamente, como las cintas transportadoras, hizo que sus precios, ya reducidos, fueran bajando año tras año.

Esto lo convirtió en una alternativa de movilidad realista para amplias capas de la clase media: artesanos, profesionales, médicos rurales, arquitectos, representantes comerciales… se podría decir que el Opel 4 CV fue el primer 'coche del pueblo' alemán, mucho antes que el Volkswagen Escarabajo (esta es su historia).

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El Opel Laubfrosch tenía una configuración biplaza, aunque más tarde añadió un tercer asiento, e incluía importantes innovaciones, como su motor de cuatro cilindros que permitía rodar a 60 Km/h y que incluía lubricación por bomba de aceite o embrague multidisco de acero.

La palanca de cambios se situaba en el centro del vehículo y no en el exterior. Sus ruedas y su bastidor estaban hechas de acero estampado, mientras que en la carrocería aún se incluían componentes de acero y de madera. Con parabrisas ajustable y capota abatible para protegerse de la intemperie, también contaba con un maletero integrado en la parte trasera.

Foto texto: Wikimedia Commons - Softeis.

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