Ningún trabajo de Liberty Walk es precisamente discreto, pero es posible que la obra que ha realizado el sobre el Nissan Skyline GT-R R34 sea uno de los más llamativos que hayamos visto nunca. Quizá sea una ofensa para los más puristas, pero lo cierto es que el resultado es espectacular.
Hay que señalar, eso sí, que no estamos ante el modus operandi habitual de Liberty Walk ya que se ha decidido prescindir de los habituales remaches a la vista y de los excesos que son leitmotiv en sus vehículos, optando por amoldar las modificaciones al diseño original del vehículo, mejorando su aerodinámica de paso.
El diseño en general apuesta por las líneas rectas, se han ensanchado ligeramente los pasos de rueda (que presentan salidas de aire tras ellos), el capó presenta nervios que sobresalen considerablemente, los paragolpes son completamente nuevos, el splitter delantero es masivo y añade bastante longitud a la carrocería, los faldones laterales se extienden hasta el suelo, luce un enorme alerón trasero y el difusor parece sacado del mundo de la competición.
En el habitáculo se ha eliminado todo lo que no era estrictamente necesario, lo que aligera peso y le da un claro aspecto ‘racing’: destacan los dos asientos Bride tipo baquet, la jaula antivuelco de color amarillo y el volante firmado por Momo.
Como es habitual, el trabajo se limita al plano estético y no hay ningún tipo de cambio mecánico, algo que, por otra parte, tampoco hace falta ya que el R34 cuenta bajo el capó con el motor RB26DETT de seis cilindros en línea, que se combina con una caja de cambios manual.
El kit ya está disponible para todos aquellos que quieran transformar su Skyline, pero no se ha hecho público su precio, que seguramente será bastante elevado.