Allá por 2005, cuando Toyota sorprendía al mundo con el Prius, Mitsubishi comenzó a trabajar en el campo de la movilidad eléctrica. Primero lo hizo presentando un prototipo del Colt EV y, más adelante, con este Mitsubishi Lancer Evolution MIEV, una versión eléctrica de la berlina japonesa con motores integrados en las ruedas.

El Lancer Evolution MIEV estaba basado en el Mitsubishi Lancer Evolution de novena generación, al que se eliminó el motor de combustión, la caja de cambios y demás elementos típicos en un vehículo de combustión para instalar cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda, y una batería de iones de litio. El coche fue exhibido en el Shikoku EV Rally 2005.

Mitsubishi Lancer Evolution MIEV (2005): el Lancer eléctrico con motores en las ruedas

Mitsubishi Lancer Evolution MIEV

Esta fue la segunda propuesta de Mitsubishi para fabricar coches eléctricos con miras a 2010, tras el Colt EV Concept. La denominación MIEV hacía referencia a Mitsubishi In-wheel motor Electric Vehicle, lo que significa que se trataba de un coche con motores de rotor integrados en las ruedas.

Eran motores de transmisión directa de alta eficiencia que no requerían de reductor de velocidad, instalados en grandes ruedas con llantas de 20 pulgadas. Cada uno de los cuatro motores producía 50 kW (68 CV) y 518 Nm de par máximo, lo que significa que la potencia total era de 200 kW (272 CV).

Al contar con un propulsor en cada rueda, la tracción era integral, pero contaba con un sistema de control dinámico del vehículo, denominado Super All Wheel Control (S-AWC), que se encargaba de regular la potenica en cada rueda con precisión. El Lancer Evolution MIEV era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h, unos registros que hoy serían muy pobres, pero no estaban nada mal en 2005.

Las ventajas de los motores en las ruedas

La principal característica que ofrecían los motores integrados en las ruedas era la posibilidad de regular el par motor y la fuerza de la frenada con una elevada precisión, sin necesidad de recurrir a componentes complejos y pesados, como una transmisión, ejes de transmisión o engranajes diferenciales.

El sistema de tracción S-AWC en las ruedas también aportaba una mayor libertad en el diseño, tanto de la carrocería como del interior del vehículo. Además, según la marca japonesa, podría facilitar la provisión de espacio para componentes como pilas y celdas de combustibles, así como tanques de hidrógeno para vehículos del futuro, todo ello sin mermar las cotas de habitabilidad.

Mitsubishi Lancer Evolution MIEV

El único problema que presentaba el Mitsubishi Lancer Evolution MIEV era, como ya podrás imaginar, la autonomía, en torno a 250 kilómetros. Algo perfectamente comprensible, ya que las baterías de entonces no ofrecían el mismo rendimiento que las actuales. No obstante, la compañía nipona ya aseguraba que, en los próximos años, la autonomía dejaría de ser un problema.

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