Escoger cuál es el más destacado entre los mejores deportivos Toyota de la Historia es de todo menos fácil. A pesar de que durante los últimos tiempos la firma nipona ha decidido centrarse en los vehículos ecológicos y en tener quizá la mejor gama de coches híbridos del mercado, la tradición de coches deportivos de la marca es muy extensa. Por eso, y aunque hasta hace muy poco solo tenía en su oferta al GT86, repasamos los mejores deportivos Toyota de siempre.

Toyota 2000GT

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El Toyota 2000GT fue, posiblemente, el primer superdeportivo japonés. Se desarrolló gracias a un acuerdo de colaboración con Yamaha y la idea era, literalmente, "construir el mejor coche del mundo". Fue presentado en el Salón del Automóvil de Tokio del año 1965 y destaca por unas líneas muy suaves que unen su techo con su zaga, así como por un capó especialmente largo con dos faros escamoteables. El diseño está pensado para que el conductor sea el protagonista y su motor es un seis cilindros que entrega 150 CV de potencia. A modo de curiosidad, apareció en la saga de películas de James Bond.

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Toyota Celica

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Aunque en el Toyota Celica la facilidad de conducción y la comodidad en marcha eran dos pilares, también fue desarrollado para que pudiera ser un coche divertido en una carretera de curvas. La cuarta generación, lanzada en 1985, supuso una ruptura con su historia al instalar un sistema de tracción delantera. No obstante, al año siguiente fue lanzado el GT Four, con tracción total y un motor de 185 CV -el 2,0 más potente de la historia de un coche japonés- que sirvió de base para el coche que compitió en el WRC. Acumuló numerosos éxitos a principios de los '90, y en 1999 dejó de comercializarse tras más de 35 años en el mercado y cuatro millones de coches vendidos.

Toyota Supra

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El Toyota Supra comenzó su vida realmente como Toyota Celica Supra. Se trataba de un modelo más ancho, largo y potente que el Celica; con un comportamiento de gran turismo y un suavísimo motor de seis cilindros. A principios de los '80 llegó a Europa, pero fue el modelo lanzado en 1993 el que triunfó gracias a un diseño heredado directamente de su abuelo el 2000GT. Era 100 kg más ligero que el anterior, y eso unido a un tremendo propulsor biturbo de 3,0 litros lo convertían en un modelo explosivo. La producción cesó en 2003, pero actualmente las unidades que quedan en buen estado cuestan un riñón.

Toyota Corolla

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Uno de los mejores deportivos Toyota, o al menos de los más característicos, es el Toyota Corolla de mediados de los '80, conocido también como AE86. O incluso como hachiroku -ocho seis en japonés-. La versión deportiva Levin era de propulsión trasera y gracias a su bajo peso y a su bloque 1.6 de 124 CV se convirtió en una gran opción para disfrutar de la conducción. Más tarde, pero también en los '80, surgió el Corolla GTi, con una carrocería mucho más agresiva, un peso de 1.075 kg y una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 9 segundos. Además, desarrollaba 130 CV y varios componentes fueron modificados para hacer frente a este aumento de potencia y para ofrecer un rendimiento más deportivo.

Toyota MR2

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El Toyota MR2 se presentaba con una carrocería pequeña y manejable que sugería sobre todo agilidad y diversión. Fue el primer coche japonés con motor central producido en serie y recibió el galardón de Coche del Año en Japón en 1984-1985. Cinco años después del lanzamiento de la primera generación llegó la segunda, con un diseño mucho más sofisticado pero conservando esa diversión al volante y el motor central que caracterizaba al primer MR2. La tercera entrega llegó con una versión rodaster muy sugerente y, tras dos décadas de MR2, la producción cesó definitivamente en el año 2007.

Toyota GT86

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El Toyota GT86 está inspirado en los mejores deportivos Toyota de la Historia, como por ejemplo el 2000GT y el AE86. Combina un motor delantero bóxer de 2,0 litros y 200 CV con un sistema de propulsión trasera para cumplir su máximo cometido: que el conductor se divierta mientras lo conduce. Su propulsor es atmosférico y recuerda de verdad a los deportivos de la vieja escuela. Además, es un coche bastante ligero y compacto, lo que le convierte en un vehículo fácil de manejar. Eso sí, para que demuestre de qué es capaz es necesario jugar con el cambio y llevarlo alto de vueltas.

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