Porsche está celebrando el 20 aniversario del lanzamiento del Cayenne, un modelo que supuso la entrada de la marca en por aquel entonces ya pujante segmento SUV y que se convirtió en un éxito de ventas instantáneo. A lo largo de estas dos décadas hemos sido testigo de diferentes generaciones del modelo y de la creación de prototipos tan interesantes como el que nos ocupa hoy: la versión descapotable del Porsche Cayenne que pudo ser y no fue.
Porque a principios de la década del 2000, poco después de que se produjera el lanzamiento del Cayenne en diciembre de 2002, los responsables de Porsche consideraron varias carrocerías alternativas para sumar a la típica configuración de cinco puertas. Fueron, en concreto, tres variantes adicionales: un coupé, una versión con una carrocería alargada 20 y con una fila de asientos adicional y, por último, un Cayenne descapotable.
Solo se construyó una unidad del Porsche Cayenne descapotable
Pero mientras que dos de esas tres propuestas fueron descartadas o pospuestas casi de inmediato, Porsche siguió adelante con el proyecto del Cayenne Cabriolet llegando a fabricar un único ejemplar. Ese coche está custodiado en las instalaciones del Museo Porsche junto a otras muchas joyas de la marca aunque no se trata de un prototipo funcional si no de un estudio para analizar su diseño, funcionalidad y su viabilidad comercial.
De hecho, el objetivo fundamental del prototipo del Porsche Cayenne descapotable era el de evaluar cuatro criterios: el confort de su habitáculo tras las modificaciones efectuadas (que incluían un parabrisas más tumbado y corto), la facilidad de acceso al interior con dos puertas 20 centímetros más largas, la funcionalidad de la capota y por último, el diseño de la zaga.
Ya desde el inicio, el proyecto del Porsche Cayenne Cabriolet generó opiniones enfrentadas entre los responsables. Esto es perfectamente apreciable en el modelo conceptual, que presenta una parte trasera asimétrica con dos diseños diferentes a cada lado. La luz izquierda se colocó en la parte baja de la carrocería y la izquierda, en una ubicación más elevada. También variaba ligeramente la ubicación de la matrícula en cada una de las dos propuestas.
Para el techo escamoteable, los ingenieros de Porsche recurrieron a una estructura de lona para ahorrar peso y a un sistema de plegado muy similar al que emplean actualmente en los (prueba) Porsche 911 Targa. Como en estos últimos, la tapa trasera que en este caso cubre el maletero se puede abrir en ambos sentidos, permitiendo bien que el techo se pliegue en forma de Z o bien, acceder al espacio de carga.
Un mecanismo que, si bien, nunca llegó a ser plenamente operativo en la única unidad construida del Porsche Cayenne descapotable y como resultado, en este prototipo la capota de tela se tiene que abrir o cerrar manualmente. Las previsiones sobre la rentabilidad no eran muy buenas y Porsche no estaba muy convencida del atractivo del coche, así que optó por cancelar el proyecto.
Sin embargo, la idea del Porsche Cayenne con carrocería coupé de 2002 fue retomada e implementada en 2019 con el lanzamiento del (prueba) Porsche Cayenne Coupé. Un SUV, este último, que aunque no tiene una carrocería de tres puertas como tal, presenta una caída de techo muy pronunciada en la zaga que acentúa su deportividad.