El Mini Cabriolet original se presentó en el Salón de Birmingham de 1992 y su llegada culminó la historia de uno de los utilitarios más famosos de todos los tiempos. A pesar de lo que algunos creen, el Mini Cabriolet fue la última versión en presentarse, incluso por detrás de otras versiones más raras y exóticas como la versión familiar o el pick-up.

Mini Cabrio lateral

MINI transformó la sociedad británica desde su lanzamiento en el año 1959 hasta su fin, ya en el Siglo XXI. Un coche clave para motorizar todo un país y su revolucionaria estructura marcó un antes y un después: un coche pequeño mecánicamente sencillo y con un notable espacio interior para su tamaño. Se fabricó en Reino Unido pero también en España, Australia, Bélgica, Chile, Portugal, Venezuela, Yugoslavia, Uruguay, Italia o Sudáfrica, convirtiéndose en uno de los primeros coches globales de la historia.

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El Mini se fabricó con varias carrocerías: una versión hatchback de dos puertas (la más conocida) así como con versiones familiares, furgoneta, pick-up e incluso el curioso Mini Moke, una peculiar versión todoterreno. El Mini descapotable no se planteó hasta muchos años después, principalmente por las dificultades técnicas que planteaba un target de mercado bastante reducido.

Nacimiento del Mini Cabriolet

No obstante, en 1991, un concesionario alemán de Rover se imaginó crear una versión descapotable con una estructura reforzada para que el pequeño vehículo pudiese soportar la ausencia del techo sin partirse en dos. Desarrollo un subchasis más rígido y fabricó 75 ejemplares para demostrar que estaba en el camino correcto. Los primeros prototipos de Mini Cabriolet se pusieron a la venta en Inglaterra y volaron de los concesionarios. El apetito por un Mini Cabriolet era evidente.

Mini Cabrio capota

Así pues la marca se puso a trabajar y siguiendo el camino mostrado por Lamm se desarrolló un Mini Cabriolet y se encargó su fabricación al especialista en versiones especiales y descapotables Karmann. El Mini Cabriolet se fabricaría en Osnabrück y el objetivo ya no era crear un coche para el pueblo y para todos, sino crear un pequeño coche de lujo, sin techo, con mucho estilo y con una conducción agradable.

Mini Cabriolet: orientado al lujo y la exclusividad

El Mini Cabriolet llegó altercado con unas llantas de 12 pulgadas, grandes pasos de rueda, bajo pintados y un paragolpes con un marcado carácter deportivo. Era el Mini más lujoso y especial creado hasta la fecha: bajo el capó se encontraba un pequeño motor de cuatro cilindros, 1.3 litros de cilindrada y 63 CV. La capota era de tela y se escondía detrás de las plazas traseras, protegida por una estructura bastante voluminosa.

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El éxito fue inmediato, pese a que la marca solamente ofreció el Mini Cabrio en dos combinaciones de color: rojo con la capota roja o azul caribe con la capota en gris. Más tarde se decidió sustituir el color azul por el tradicional color verde inglés, manteniéndose la capota el color gris.

Mini Cabrio cenital

El Mini Cabriolet original es una auténtica rareza y sin duda una de las versiones más queridas por los amantes de este mítico coche británico. Solamente estuvo en producción durante tres años y su producción finalizó con 1.081 ejemplares fabricados. Conducir un Mini clásico sin techo es un lujo al que pocos pueden acceder

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