Puede que muchos crean que el coche eléctrico es un invento del siglo XXI. Sin embargo, en los albores de la industria del automóvil, a finales del siglo XIX y principios del XX, algunos fabricantes ya se atrevieron a innovar con esta tecnología. Incluso se crearon empresas específicamente para comercializar vehículos eléctricos. El reste de la historia todos la conocemos: la comodidad de repostar gasolina y las limitaciones de las baterías de la época favorecieron un panorama dominado por el motor de combustión interna.

Viajamos en el tiempo a finales del siglo pasado para descubrir la desconocida historia del Chevrolet Corvette eléctrico desarrollado por Motorola en 1993. Según cuenta The Drive, que llevó a cabo una completa investigación acerca de este curioso proyecto en 2022, trabajar en Motorola en los ’90 equivale a formar parte de Google en la actualidad.

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Fue una de las empresas con mayor capacidad de innovación de la época y, en cierta medida, es pionera en el campo de la telefonía móvil. Con esta capacidad tecnológica y el músculo económico necesario, Motorola se atrevió incluso a investigar el entonces desierto mercado del automóvil eléctrico, aunque el origen de este proyecto se atribuye a un grupo de ingenieros de la compañía que más tarde recibirían el apoyo de su empresa. Por desgracia, el final de esta historia, como en muchas otras ocasiones, acaba con una fulminante cancelación del proyecto del Corvette eléctrico.

La desconocida historia del Chevrolet Corvette eléctrico desarrollado por Motorola en 1993

chevrolet corvette electrico motorola
Classic Car City

Sanjar Ghaem y Ken Gerbetz son los dos principales hombres detrás del proyecto. Entre las décadas de 1970 y 1980, ambos empleados de Motorola habían desarrollado un coche, el EX-11, con el que participaron en una carrera de coches eléctricos, la Solar and Electric 500, llegando a vencer frente a grandes compañías como Toyota y General Motors que también participaron.

Con esta base, Ghaem y Gerbetz, que habían desarrollado el coche en su tiempo libre, finalmente recibieron el apoyo de Motorola, concretamente de Fred Tucker, vicepresidente de la compañía, que les hizo entrega de 25.000 dólares para acometer el proyecto del Corvette eléctrico y activó un presupuesto a parte para construir un coche de carreras que continuara la idea del EX-11. Este nuevo modelo se llamaría EX-12.

Se reclutó a nuevos ingenieros de otros proyectos de Motorola: Bob Gerbetz, Chris Pratt y Edward Li. También se trató de mantener bajo el más estricto secreto el programa de desarrollo del Chevrolet Corvette eléctrico dentro de la rama empresarial Motorola Automotive.

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Classic Car City

A principios de la década de 1990 se empezó a trabajar en el proyecto y, tras sentar todas las bases teóricas, en 1993 adquirieron un Chevrolet Corvette C4 convertible de 1987 que no funcionaba. Se retiró el motor V8 original y se trasladó a Arizona para empezar a trabajar en el diseño, que compartiría partes con el coche de carreras eléctrico de Motorola, el EX-12.

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El Corvette actuaría como banco de pruebas para el motor, el controlador y la tecnología de batería de Motorola. En el deportivo americano se instalaron las baterías en la sección trasera, que se podía retirar de una sola pieza, y entre los guardabarros delanteros y los rieles del bastidor, de modo que se pudieran extraer fácilmente cuando el capó estaba abierto.

Un motor potente, pero limitado por las baterías

Bob Gerbetz era el encargado de desarrollar el motor. El sistema contaba con un voltaje combinado de 336 voltios, que alimentaba un controlador de motor de 800 amperios. Con una capacidad de giro de hasta 10.000 rpm, el propulsor de corriente continua (CC) desarrollaba 157 CV de potencia continua, con un pico de 272 CV cuando estaba alimentado por las baterías intercambiables de plomo-ácido de Exide.

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Sin embargo, si el sistema de propulsión estaba equipado con unas baterías de níquel-cadmio, que originalmente estaban destinadas a arrancar motores de avión, la potencia del Corvette eléctrico aumentaba hasta los 400 CV. Sin embargo, Exide era patrocinador del programa EX-12, por lo que era obligatorio usar sus baterías, aunque fueran menos competitivas. A pesar de ello, el coche era lo suficientemente potente como para alcanzar los 257 km/h.

La conversión supuso añadir casi 320 kilos de peso al vehículo, con un peso en vacío que alcanzaba los 1.720 kilos. Las baterías eran las principales causantes del incremento de peso, peo también ofrecían un par motor que mejoraba las cifras anunciadas por el V8 de 240 CV equipado en el Corvette C4. Por otro lado, la autonomía era de unos 80 kilómetros con la carga al máximo, recarga que se realizaba de una forma particularmente lenta incluso en la época.

Una vez finalizado el proyecto, los cinco ingenieros de Motorola decidieron continuar con esta rama de investigación y proyectaron como el siguiente paso un Mustang híbrido que tendría unos 500 CV de potencia, baterías de níquel-cadmio y de plomo-ácido de película delgada de metal para mejorar la potencia máxima.

La cancelación del proyecto

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Classic Car City

Pero, antes de iniciar esta nueva aventura, tocaba convencer a la cúpula directiva de Motorola. Para entonces, la compañía había iniciado cambios en su equipo directivo, entre ellos un nuevo CEO, la jubilación del vicepresidente de Motorola Automotive, John Pelland, y la llegada de un nuevo director de operaciones, Chris Galvin. El equipo trasladó desde Arizona a Illinois en camión el Corvette eléctrico, con el fin de que los ejecutivos pudieran conocerlo en persona y, quizá, probarlo.

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Aunque en la prueba de conducción Galvin resultara impresionado por el resultado de este Corvette eléctrico, los directivos no parecieron del todo convencidos cuando supieron que Sanjar Ghaem proyectaba la estandarización de la tecnología del coche eléctrico en 15 o 20 años. Esto, unido a los costes de desarrollo, acabó por desanimar a la cúpula de Motorola, que canceló el proyecto, desmanteló el taller y dividió al equipo de ingenieros en otros trabajos dentro de la empresa.

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Classic Car City

En cuanto al devenir del Chevrolet Corvette eléctrico desarrollado por Motorola, el coche permaneció algunos años en el museo de la empresa en Illinois. Allí estuvo algún tiempo hasta que el curador del museo lo compró y lo utilizó durante años en las carreteras e Chicago. En algún momento, el vehículo se vendió a un coleccionista privado que lo mantuvo oculto durante bastante tiempo.

Ahora, Classic Car City ha puesto a la venta el Corvette eléctrico de Motorola en eBay con un precio de 100.000 dólares, unos 91.000 euros, aunque las baterías no funcionan.

Fotos: Classic Car City

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