Si quieres un Ford Mustang de alto nivel, lo lógico sería no salir de la fábrica y decantarse por un Shelby GT500. Sin embargo, para aquellos que prefieran una máquina desarrollada por un preparador externo, el Ford Mustang Stage 3 Roush Performance es una variante que está prácticamente a la altura del modelo que luce la mítica serpiente.

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La base es la de un Mustang GT, al que se le instala el supercharger Phase 2 de Roush Performance, así como un sistema de escape específico que lleva el motor hasta los 750 CV y los 908 Nm, lo que hace que sea ligeramente menos potente que el oficial pero que tenga algo más de par. Gracias a esto es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y devora el cuarto de milla en 11,2 segundos, prácticamente calcando las prestaciones del GT500.

Las modificaciones realizadas también incluyen un kit de carrocería nuevo, llantas de 20 pulgadas, un sistema de refrigeración mejorado, una recalibración de la suspensión MagneRide, un alerón activo de fibra de carbono y neumáticos Continental ExtremeContact.

Ford Mustang Stage 3 Roush Performance

Su precio tampoco es que sea precisamente barato ya que al coste del Mustang GT donante hay que añadirle 24.995 dólares. En Estados Unidos el vehículo de serie y la preparación sumarían alrededor de los 62.000 dólares, una cantidad que no es baladí, pero que es bastante más barata que los 74.000 dólares de precio base que tiene el GT500.

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El Ford Mustang Stage 3 Roush Performance se convierte así en una pieza más la ya larga historia del Ford Mustang.

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