A finales de 2019, la firma japonesa presentó en el Salón del Automóvil de Tokio el primer coche de producción 100% eléctrico de su dilatada historia, el Mazda MX-30. Es un SUV movido por un motor de 143 CV, una batería de 35,5 kWh y una autonomía homologada de 200 km que se caracteriza por sus buenos acabados y por ofrecer una conducción agradable. “Un coche con una batería, no una batería con ruedas”, como exponía Mazda en su comunicado de prensa.
Ahora, después del lanzamiento del que es la punta de lanza de la estrategia de electrificación de la firma, llega el modelo híbrido enchufable: el MX-30 e-Skyactiv R-EV. Ha sido desarrollado tomando como base el eléctrico siguiendo la estrategia multisolución de Mazda en su camino hacia la neutralidad en carbono.
Y para mejorar aún más el producto, después de diez años, ha rescatado el motor rotativo que tantas alegrías ha dado a la compañía desde que el 30 de mayo de 1967 fuese presentado el Mazda Cosmo Sport, el primer modelo de producción propulsado con este tipo de bloque. Este motor es una de las razones por las que este coche vale mucho la pena, pero hay más:
Es un coche disruptivo, porque rompe con lo establecido
Si algo caracteriza a Mazda es que es una compañía que va, acertadamente, a contracorriente. Y con este modelo, no iba a ser menos. El prefijo MX, utilizado solo en productos diseñados y desarrollados para revolucionar ideas largamente asentadas en la industria del automóvil, lo deja claro.
La configuración de las puertas traseras en el sentido contrario de la marcha es uno de esos elementos rompedores. La idea la toma del Mazda RX-8, uno de sus grandes deportivos, pero la mejora para ofrecer una serie de ventajas que más adelante te detallaré.
Como te he comentado unas líneas más arriba, el habitáculo se caracteriza por sus materiales de calidad y los buenos ajustes que brinda. Pero, también, por la utilización de componentes ECO como los paneles de las puertas, que están producidos con plásticos reciclados; o el cuero sintético, salvo del volante y la palanca del cambio. Si hay algo que destaque de entre sus competidores es el uso de corcho en la bandeja portaobjetos de debajo de la consola central y en la parte interior de los asideros de las puertas. La corteza del alcornoque ha sido elegida por Mazda para demostrar que se trata de un coche sostenible, pero también porque quiere hacer un guiño a su pasado. Recuerda que en sus inicios fue una empresa de derivados del corcho.
Quizá el motor rotativo es el mayor elemento disruptivo del coche. Ha sido tomado y adaptado para conseguir un coche híbrido enchufable, en el que funciona a modo de generador, por lo que siempre las ruedas motrices se mueven exclusivamente gracias a un motor eléctrico.
Las ventajas con las que cuenta el motor rotativo
El motor rotativo del Mazda MX-30 R-EV es de nuevo desarrollo. Está formado por un solo rotor de 830 cm3 y se caracteriza porque es muy compacto -el radio de generación es de 120 mm y la anchura, de 76 mm-. Gracias a su contenido tamaño, puede estar integrado como conjunto del motor eléctrico y el generador, sumando una anchura total inferior a 840 mm.
Por ese motivo, la firma oriental puede integrar el conjunto en el mismo vano motor que emplea el Mazda MX-30 eléctrico, además de un depósito de combustible.
Pero este tamaño más reducido no significa peores prestaciones, porque rinde igual de potencia que un motor de pistones.
Acceso sencillo a plazas traseras
El sistema de apertura de las puertas del Mazda MX-30 R-EV es contrario a la marcha. Este particular método, con el que se carece de pilar B, tiene una serie de ventajas:
- Acceder a las plazas traseras es una tarea más sencilla al no tener el pilar central, que siempre dificulta la maniobra.
- Acomodar sillitas o niños en ellas es mucho más fácil. Además, al tratarse de un SUV, por lo que la carrocería está a más distancia del suelo, se simplifica la acción.
Tecnológicamente a la última
Que no te engañe el guiño a su pasado con el corcho, porque el MX-30 híbrido enchufable está a la última. Pocos coches equipan tres pantallas en su puesto de mandos. Sobre todo, las tres con sentido.
La primera es la del cuadro de instrumentos digital, que es 7". La segunda, la del sistema de infoentretenimiento, que es de 8" y que está situada bien arriba para apartar lo menos posible la mirada de la carretera. Y la tercera es de 7", se encuentra en la parte inferior de la consola y sirve para controlar el sistema de climatización. Lo bueno es que, además de ser táctil, también cuenta con botones físicos para las funciones más importantes, algo que agradezco.
Otro punto tecnológico a destacar es que el cargador embarcado es bidireccional, funcionalidad con la que puede suministrar externamente potencia eléctrica, hasta 1500 W, a otros dispositivos (un hornillo, un ordenador...) mediante la toma que se halla en el maletero.
Obviamente, al ser un PHEV, también permite recargar la batería del coche. Lo destacado es que, además de poder hacerlo en carga alterna, también lo puede hacer en carga continua, un hecho que no es muy frecuente en híbridos enchufables, y menos en vehículos con baterías de semejante capacidad -17,8 kWh-.
Reúne las ventajas de un eléctrico y las de uno híbrido
Mazda es consciente de que hay conductores que aún no se atreven a dar el salto a un coche 100% eléctrico. Y es normal, porque la red de puntos de carga actual no es muy abundante y muchos de esos cargadores no tienen el mantenimiento adecuado. Pero, sobre todo, el no poder recorrer distancias largas sin recargar es una de las mayores desventajas del automóvil eléctrico.
El Mazda MX-30 R-EV subsana este miedo, porque con su configuración de motor de combustión, propulsor eléctrico y batería de 17,8 kW se puede viajar sin la necesidad de parar para dar un chute de kilovatios a la batería. Según anuncia la marca, el MX-30 R-EV puede recorrer 680 km sin la necesidad de recargar ni repostar.
Pero, lo mejor de todo, es que al ser movido siempre por un motor eléctrico, ofrece la suavidad de conducción y la tranquilidad al volante de un BEV.
