Los conductores de Gibraltar le tienen cogida la medida la ley española y es que entran en territorio patrio con sus coches, cometen infracciones al volante y después no pagan las multas. Y no se trata de algo baladí u ocasional: son más de 2.800 infracciones las que se acumulan.
De hecho, para ser concretos y como ha confirmado la Dirección General de Tráfico (DGT) en su portal de transparencia, son 2.837 las sanciones que están pendientes de pago. Aunque en comparación con la población española no parezcan muchas, si es un número bastante alto si se tiene en cuenta que los residentes en Gibraltar son unos 33.000.
De todas ella, la mayoría (más de dos tercios) se corresponden con multas por exceso de velocidad.
Hace poco más de una año que empezó a aplicarse el Acuerdo España-Reino Unido para reconocer de forma recíproca los permisos de conducción y facilitar el intercambio de información sobre infracciones. Sin embargo, esto no ha hecho que bajen el número de las mismas.
Con los datos registrados hasta el 30 de junio de 2024, se han instruido 3.025 expedientes, la mayoría de ellos (más de 2.000) en la provincia de Cádiz.
El Ayuntamiento de Madrid alcanza un récord de facturación por multas: más de 341 millones de euros
Y es que, a pesar del acuerdo, que facilita la puesta de multas, el problema radica en la dificultad que existe para cobrárselas a los gibraltareños, debido a opacidad en las cuentas bancarias de los residentes en el peñón.
Es por esto que la única forma de cobrarlas es si las abonan cuando son detenidos en el lugar de la infracción, pero cuando se trata de una captada por un sistema de cámaras, como por ejemplo un radar de velocidad, no se puede remitir la notificación a su domicilio y, por tanto, no se paga y la deuda se suma una cifra que no para de crecer.