Es la eterna duda, ¿diésel o gasolina, o en este caso, Golf GTI o Golf GTD? Hoy intentaremos resolver esta pregunta con una comparativa entre dos de las versiones más atractivas de la gama del compacto alemán. Hace unas semanas, os ofrecimos la posibilidad de conocer las sensaciones que nos habían transmitido cada uno de ellos por separado, pero hoy queremos ir un poco más lejos. Tras haber recorrido muchos kilómetros a los mandos de estos dos deportivos aptos para el día a día, llegó el momento de hacer cálculos y sacar conclusiones.
Una cosa está clara, si estás interesado en adquirir uno de estos coches, será realmente difícil que te decidas entre uno y otro basándote en cuestiones estéticas. Las diferencias entre los Golf GTI y Golf GTD que hoy comparamos son mínimas. Si miras la parte delantera de estos dos vehículos, notarás que el listón que recorre transversalmente el frontal es de distinto color -rojo en el caso del GTI y cromado en el GTD-, mientras que si los miramos de perfil, nos tendremos que fijar en las llantas de aleación y el pequeño logotipo sobre las aletas delanteras para diferenciarlos.
La zaga es el lugar donde más cambios encontramos. Tanto el Volkswagen Golf GTD como el Volkswagen Golf GTI cuentan con una salida de escape doble, pero los diseñadores de la marca han optado por dos configuraciones diferentes: en el de gasolina, se sitúan por separado en los extremos del parachoques, mientras que en el diésel, ambas salidas están colocadas en el mismo lado.
En el habitáculo, más de lo mismo. Las diferencias entre los modelos comparados vuelven a ser mínimas. No coinciden en el diseño de la tapicería, en el color de las costuras y en la pequeña insignia situada en el radio inferior del volante y ya está, por lo demás son idénticos. Eso sí, el tacómetro del Golf GTI lógicamente también es distinto al del Golf GTD -8.000 y 6.000 revoluciones por minuto, respectivamente-.
Se parecen hasta en el precio, pues sólo hay 10 euros de diferencia entre los dos. Esto, a nuestro juicio, favorece al GTI, ya que su propulsor ofrece 36 CV más de potencia máxima y en consecuencia, todas las cifras de prestaciones resultan algo más brillantes -los 26 Kg de menos también ayudan-. Además, si te gusta disfrutar del sonido del motor, el bloque de gasolina suena fenomenal de serie, mientras que en el diésel tendrás que desembolsar 920 euros para equipar el paquete ‘Sport & Sound’ que entre otras cosas, incluye un actuador de sonido en el escape que mejora sustancialmente la experiencia. Más adelante os hablaremos de la diferencia de gasto de combustible entre ambos, pero por el momento, el GTD no va en cabeza.
Y eso a pesar del excelente propulsor turbodiésel 2.0 TDI -184 CV y 380 Nm de par- que monta. Es muy bueno, de hecho, te parecerá fantástico… hasta que te subas en un Golf GTI. El bloque de gasolina es el rey en lo que a elasticidad se refiere. Ofrece 350 Nm desde tan sólo 1.500 vueltas y esto se traduce en una respuesta contundente e instantánea, que continúa hasta que alcanzamos las 6.200 revoluciones por minuto -momento en el que comienzan a decaer los 220 CV de los que disponemos-.
La unidad del Golf GTD que nos cedió Volkswagen para la comparativa estaba equipada con el cambio automático de doble embrague DSG, mientras que el Golf GTI disponía del manual convencional. Si dejamos a un lado este detalle y la forma con la que entregan la potencia sus respectivos propulsores, lo cierto es que el comportamiento dinámico es el mismo. En marcha, las suspensiones absorben las irregularidades de la calzada con elegancia y permiten que viren con precisión y sin que la carrocería balancee en exceso. Es fácil rodar a ritmos vertiginosos con cualquiera de ellos, pero el excelente rendimiento del propulsor de gasolina y el ‘atractivo’ sonido que emite hacen que tengamos un claro ganador en este apartado.
Diferencias en el consumo de carburante entre el Golf GTI y el Golf GTD
Tras perder la batalla del comportamiento dinámico y tras ser derrotado en la relación precio/prestaciones, llego el momento en el que el Golf GTD ‘saca pecho’ y le da toda una lección de ahorro a su contrincante. Durante el transcurso de la prueba del Volkswagen Golf GTI MK7, el motor 2.0 TSI de 220 CV de potencia se conformó con un consumo medio de 7,4 l/100Km de gasolina, cifra que crecerá exponencialmente conforme avivemos el ritmo. Ésta es precisamente la principal ventaja que tiene el GTD con respecto a su ‘gemelo’: da igual cuánto exprimas su propulsor, rara vez superará los 7 l/100Km.
Durante la prueba del Volkswagen Golf GTD MK7, logramos una media de 5,9 l/100Km. Es decir, si circulamos sin practicar una conducción deportiva, la diferencia de gasto entre los dos se sitúa en 1,5 litros de carburante por cada 100 kilómetros a favor del diésel. O lo que es lo mismo, un ahorro de 2,37 euros por cada 100 Km. según el precio medio actual de los combustibles en nuestro país. Cuando el cuentakilómetros del Golf GTD llegue a los 50.000 kilómetros, el propietario se habrá ahorrado unos 1.186 euros que habría tenido que utilizar para pagar la gasolina en el caso de haber optado por el Golf GTI.
La economía de uso es un factor fundamental a la hora de decidirse por un vehículo y si eres de esos a los que les gusta tener todo -prestaciones elevadas y bajos consumos-, el Volkswagen Golf GTD será tu coche ideal. Si por el contrario, no te ves conduciendo un diésel deportivo, olvídate de los tres últimos párrafos y te aseguro que el Volkswagen Golf GTI no te defraudará.
Texto: Nacho de Haro
Fotos: Álex Aguilar