A lo largo de las últimas décadas, los coches americanos deportivos se han basado mucho en la potencia de sus mecánicas descuidando algo más su comportamiento dinámico o su paso por curva. Sin embargo, a pesar de ello siempre hay excepciones que confirman la regla. Y en esta lista hemos reunido varios modelos que podrían superar a los europeos o asiáticos por su deportividad.
Ford GT
La mayoría de los petrolheads conocen con todo lujo de detalles al icónico Ford GT40. Fue el primer modelo estadounidense en ganar la mítica carrera de las 24 Horas de Le Mans. Medio siglo después, la firma americana decidió homenajearle con el actual (prueba) Ford GT.
Desde el momento de su lanzamiento se convirtió en un coche extremadamente popular. Un vehículo cuya demanda superó a su producción, y para el que hubo que pasar duros procesos de selección para poder comprarlo. Dinámicamente es excelente y su motor V6 biturbo funciona de maravilla.
Corvette C8
La última entrega de uno de los clásicos americanos más codiciados ha llegado hace unos meses para ofrecer la máxima deportividad. Así, el (prueba) Corvette C8 ya no es solo un icono de los Estados Unidos, sino que en su octava generación impresiona por sus capacidades al volante.
7 coches clásicos americanos infravalorados y bastante desconocidos
Fue el primero de los coches americanos deportivos producidos de manera continua durante más de un siglo. Por primera vez incorpora un motor central y, aunque muchos se mostraron escépticos con el cambio, el resultado ha acabado siendo muy bueno: conducirlo es una delicia.
Dodge Viper ACR
Cuando el primer Viper debutó en la década de los años '90 se convirtió en un modelo sumamente importante para la industria automotriz estadounidense. Tanto es así que se mantuvo en el mercado durante casi tres décadas sin apenas cambios, y eso significa mucho.
A lo largo de sus 26 años de producción se elaboraron numerosas ediciones especiales, y el (prueba) Dodge Viper ACR se encuentra entre las mejores. Es un coche difícil de llevar al límite, hacen falta ciertas capacidades. Y no es para menos, con su motor V10 de 8,4 litros de cilindrada y 645 CV de potencia.
Saleen S7 Twin Turbo
La firma yanqui Saleen ha estado demasiado tranquila a lo largo de la última década, pero a principios de los años 2000 se encontraba entre los fabricantes estadounidenses de coches más prometedores. Tras años de construir piezas de alto rendimiento para el sector, tomaron una decisión importante.
Querían lanzar su propio superdeportivo desde cero, y vaya si lo hicieron: el Saleen S7 Twin Turbo era impresionante. Excelente. Tenía un diseño capaz de romper cuellos, su dinámica de conducción era maravillosa y reunía la potencia suficiente para ser considerado como un superdeportivo. Su velocidad punta rozaba los 400 km/h.
Hennessey Venom F5
La compañía Hennessey tiene décadas de experiencia en la construcción de vehículos personalizados. No en vano, ha hecho algunos de los mejores que hemos visto jamás. Pero en 2017 la empresa decidió utilizar su vasto conocimiento sobre la materia para fabricar sus propios modelos de alto rendimiento.
El primer modelo que salió a la luz fue el Venom GT, y aunque resultaba impactante, muchos no lo tomaron en serio por ser una especie de 'Lotus Exige tuneado'. Pero el segundo, el Hennessey Venom F5, demostró ir mucho más en serio. Una bestia con un motor V8 biturbo de más de 1.800 CV de potencia.
SSC Tuatara
El SSC Ultimate Aero TT que te explicamos en la siguiente diapositiva puso a SSC en el mapa tras lograr el récord de velocidad en un coche de producción. Ahora bien, si hablamos de coches americanos deportivos es mucho más adecuado hacerlo, bajo el paraguas de esta marca, del SSC Tuatara.
Tras lograr el mencionado hito, SSC sabía que el Ultimate Aero TT había alcanzado todo su potencial. Así que comenzó a trabajar en un digno sucesor; y aunque en un principio fue algo controvertido, el Tuatara sorprendió a muchos cuando logró registrar una velocidad máxima de 474 km/h.
SSC Ultimate Aero TT
El último de los coches deportivos americanos que deberías tener en cuenta responde más al estereotipo de lo que entiende un 'yanqui' por un deportivo. Sin embargo, también va muy bien en general. Pero la característica más destacable del SSC Ultimate Aero TT es que es rápido. Muy rápido.
Jerod Shelby (que no tiene nada que ver con Carroll) fundó SSC a finales de los '90 para fabricar el mejor coche deportivo estadounidense. Su objetivo era establecer un nuevo récord de velocidad para un coche de producción, algo que logró en su día con esta variante TT, con doble turbocompresor. Llegó hasta los 412 km/h.