
El Renault Rafale es una de las grandes novedades de la marca francesa este año, por no decir la más importante. Un SUV intermedio, de 4,71 metros de longitud, con una impronta espectacular dispuesto a plantarle cara a auténticos ‘cocos’ como el Alfa Romeo Stelvio o el Peugeot 408 (su rival más directo). Pero, ¿puede un coche francés ser español? A continuación, te damos cinco motivos por los que el Rafale es muy español.
Pese a ser una marca francesa y con participación del estado galo, la presencia de Renault en España es ya histórica. España siempre ha sido uno de los centro neurálgicos para el constructor galo, en lo que a producción de automóviles se refiere. Prueba de ello, es el nacimiento de FASA-Renault (esta es su historia). Modelos míticos, como el Renault 4CV, el Renault 7 y el Renault 5 han salido de las líneas de montaje españolas. Por tanto, la vinculación de Renault con España es manifiesta.
Diseñado en el Centro de I+D+i de Valladolid

El primer motivo por el que el Renault Rafale es muy español es porque ha sido diseñado en el Centro de I+D+i de Valladolid. Aquí, la marca francesa da trabajo a más de 1.000 expertos en electrónica, software, electrificación y baterías que se encargaron de toda la parte tecnológica, como el diseño de piezas, motores, baterías e hibridación.
Además, este centro en la capital pucelana también fue responsable de desarrollar y validar el software y la tecnología ligada a la conectividad: