Brabus tiene un largo historial de preparaciones sobre modelos de Mercedes, relación que no va a cambiar aunque la marca alemana se ponga a fabricar vehículos eléctricos. Ha tardado un poco, pero el EQC ya ha pasado por las manos del preparador, dando lugar a un Brabus Electric que luce una imagen distintiva y, además, recibe mejoras para su apartado mecánico.
PRUEBA: Mercedes EQC
Dada su naturaleza de cero emisiones, se ha tenido en cuenta la aerodinámica para optimizar su autonomía, por lo que el SUV recibe un kit de carrocería que mejora el flujo del aire y que está formado por un nuevo paragolpes delantero, parrilla, difusor trasero y alerón.

No es la única mejora visual, puesto que también luce una pintura de color negro mate con detalles brillantes con una forma similar a los circuitos de los chips; y calza unas llantas hechas a medida, las Brabus Monoblock Z de 10 radios, que están disponibles en diámetros de 20 o 21 pulgadas.
Las primeras están envueltas en neumáticos Pirelli P Zero de 255/45 R20 delante y de 285/40 R20 detrás, mientras que en el caso de las grandes las gomas son unas ContiSportContact que miden 255/40 R21 en el eje delantero y 285/35 R21 en el trasero.
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En el habitáculo Brabus ha optado por el cuero para forrar los paneles de las puertas y el salpicadero, lo combina con Alcantara para los asientos, los pedales son de aluminio, los umbrales de las puertas están retroiluminados y hasta los seguros están personalizados.

Uno de los puntos más interesantes de este Brabus Electric es la mejora para su sistema de propulsión, que de los 308 CV y 760 Nm de par iniciales pasa a los 822 CV y 830 Nm de par, aunque el aumento solo se activa en el modo de conducción ‘S’. Gracias a esto acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos.