El BMW Serie 5 eléctrico Lucy, salvo por el camuflaje que luce en sus paragolpes, parece un ejemplar normal del modelo. Nada más lejos de la realidad, puesto que es la mula de pruebas con la que BMW desarrolla el sistema de propulsión 100% eléctrico que utilizarán sus próximos coches de cero emisiones.
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La historia detrás de su apodo es bastante curiosa. Aunque parezca inocente, ese Lucy no hace referencia a ‘Lucía’, sino que proviene de Lucifer, uno de los alias de Satán. Sin embargo, desde la marca alemana han ido un paso más allá, optando por dicho nombre debido a su origen dentro del latín, en el que significaba “el que trae la luz”.
Parece apropiado para un modelo llamado a sentar las bases de la inminente oleada de productos eléctricos del fabricante. Cuenta con un sistema de tres motores, uno acoplado al eje delantero y dos al trasero, cuya potencia y par pueden ser alterados para probar diferentes combinaciones y así poder desarrollar una amplia variedad de configuraciones para el sistema.
Una batería de 45 kWh se encarga de alimentarlo, una capacidad que puede parecer pequeña, pero que es algo completamente intencional por parte de BMW. Matthias Stangl, Project Manager del prototipo, señala que es así porque “necesitas un coche que reaccione de la misma manera independientemente del nivel de carga”. De esta manera, aunque con 5 o 6 vueltas a pleno rendimiento el BMW Serie 5 eléctrico Lucy se queda sin batería, una recarga rápida de 200 kW permite que en apenas unos minutos vuelva a estar a pleno rendimiento.
De entre las múltiples configuraciones que ofrece, la más llamativa es la que denominan como “Max Power”, en la que los tres motores se combinan para desarrollar 720 CV y 1.150 Nm de par máximo, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos (siendo muy conservadores, en realidad, puede que sea incluso más rápido). Por ponerlo en perspectiva, las cifras son considerablemente mejores que las del BMW M5.
