En la década de los 2000, asistimos a un auténtico boom, el de los coches con carrocería coupé-cabrio. Fue algo parecido a lo que ocurrió con los SUV, sólo que mucho más efímero (aquella fiebre apenas duró unos años, mientras que los todocaminos siguen en auge). Pero mucho antes de aquello, hubo un ingeniero de Audi que se le ocurrió realizar una versión descapotable del legendario Audi quattro Coupé que tanta popularidad alcanzó en los 80, a raíz de los rallyes. Aquel ingeniero se llamaba Walter Treser y ese coche tan especial fue el Audi quattro Roadster Treser.
El quattro Roadster Treser se presentó en 1983 en el Salón de Frankfurt, el mismo lugar donde tres años antes se desveló el Audi Quattro Coupé, con la diferencia de que la variante descapotable no lo hizo en un stand oficial de Audi, sino aparte, en un pabellón mucho más modesto. Treser tardó dos años en terminar su proyecto, ya que transformar un coupé en un cabriolet implica reforzar el chasis para compensar la pérdida de rigidez.
Además, hay que tener cuidado con no aumentar demasiado el peso, sobre todo, si se quiere incorporar un techo rígido retráctil en lugar de una capota convencional. Esta solución se puso de moda entre finales de los 90 y principios de los 2000, con modelos como el Mercedes SLK y el Peugeot 206 CC. Después se sumaron el resto de marcas, incluso, de lujo. Y aunque no sea el objeto de este reportaje, conviene recordar que el primer coche con techo rígido retráctil fue el Peugeot 401 Eclipse ¡en los años 30!
Quién era Walter Treser
Antes de seguir hablando del Audi quattro Roadster Treser, es preciso decir quién era Walter Treser. Fue un ingeniero de desarrollo que lideró el equipo Audi Sport cuando el Audi quattro empezó su aventura en el Campeonato del Mundo de Rally, con Michèle Mouton y Hannu Mikkola como pilotos. Treser tenía experiencia en el mundo de la competición, ya que había sido piloto de Lotus en 1964, al volante de un monoplaza con motor DKW de 1.0 litro.
Sin embargo, en 1981, Treser abandonó el equipo Audi Sport, después de ser sustituido por Roland Gumpert, y fundó su propia empresa: la Walter Treser Automobiltechnik an Design, con la que quería dedicarse tanto a la ingeniería como al diseño. Su primera creación fue un prototipo basado en el Audi Quattro, una elección que tenía lógica, ya que este modelo ofrecía potencia de sobra y un gran nivel de eficiencia. Un coche que combinaba el famoso motor de cinco cilindros y 2.1 litros con la tracción integral, a lo que había que añadir la disposición de cuatro asientos.
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El #Audi Quattro Roadster nació en 1984 gracias a un kit de carrocería de Walter Treser Automobilbau. Esta empresa era de Walter Treser, el ingeniero que dirigió Audi Sport y que lideró el proyecto Audi Quattro... Parece que se quedó con ganas de que Audi sacara un cabrio 😄 pic.twitter.com/X1Zs96H90b
— Oscar Magro (@Oscar_Magro) June 10, 2019
A partir del Audi quattro, Treser empezó a desarrollar una versión descapotable con techo rígido retráctil. Estéticamente, realizó algunas modificaciones, como un paragolpes delantero más agresivo, con pequeñas tomas de aire laterales para canalizar el aire hacia los frenos. Esta atención al detalle, que combina estética y tecnología, decía mucho del cuidado que Walter Treser ponía en el coche para que fuera mejor que el original.
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Para mejorar la estabilidad, rebajó la altura dos centímetros e incorporó amortiguadores Bilstein modificados y muelles más cortos, así como una barra antibloqueo inteligente creada específicamente para este coche. También incluyó unos neumáticos más racing, unos Michelin TRX 230/45 VR 390, ligeramente más bajos y anchos que los montados de serie. Estas gomas envolvían unas llantas especiales con diseño de turbina para optimizar la refrigeración de los frenos.
Techo rígido retráctil
Lógicamente, la modificación más importante era la sustitución del techo por una estructura retráctil, un sistema que entraña numerosas complicaciones, pero que Treser supo solucionar. El ingeniero alemán diseñó un techo más pequeño, que pivotaba eléctricamente en una sola pieza, bajo un maletero montado sobre unos amortiguadores de gas.
Era un sistema ingenioso que tenía la ventaja de limitar el número de piezas móviles (y por lo tanto el peso)... a costa, eso sí, de romper el diseño típico de un coupé. Visto d perfil, con el techo cerrado, casi parece más un pick-up que un coupé. Una vez que el techo se repliega, el aspecto del coche cambia radicalmente.
Modificaciones en el motor
Treser también realizó algunas modificaciones en el motor de cinco cilindros. Aunque la versión estándar de 200 CV seguía disponible, Treser ofrecía la opción de un motor mejorado que alcanzaba los 250 CV, aumentando la presión del turbo (y añadiendo un intercooler más grande) e introduciendo un sistema de inyección de combustible K-Jetronic, derivado del Porsche 928, además de otras mejoras, como un árbol de levas especial, una relación volumétrica optimizada y válvulas más grandes.
Con todas esas mejoras, el Audi quattro Roadster Treser era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos, cubrir 1.000 metros desde parado en sólo 27,1 segundos y alcanzar los 235 km/h de velocidad máxima, unos registros excelentes para la época, y teniendo en cuenta que el peso total del vehículo alcanzaba los 1.330 kg, 40kg más que el coupé original.
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Walter Treser sólo hizo una producción muy limitada del quattro Roadster, apenas 39 unidades. una cifra comprensible, dado que alcanzaba un precio prohibitivo para la época: 425.000 francos, casi 64.800 euros actuales. Después de construir las 39 unidades de este Audi tan especial, Treser se centró en un nuevo modelo a partir de 1987, el Treser TR1 Roadster, pero eso es ya otra historia.