Audi revolucionó el mundo de los rallyes cuando en 1983 presentaba el Quattro, desarrollado a partir del Coupé. Tras imponer un dominio absoluto de la especialidad desde el principio, demostraba que la tracción a las cuatro ruedas, nunca empleada hasta la fecha, era imbatible en esta disciplina.
Un año más tarde, y para marcar distancias frente a sus rivales, daba a conocer una evolución del Quattro, a la que se bautizaba como Audi Sport Quattro S1. Como exigía el reglamento del Grupo B, para el desarrollo de esta versión era obligatorio la construcción de, al menos, 200 unidades del modelo de producción. Concretamente del coche de serie se construyeron 224 unidades que, además de prominentes aditamentos aerodinámicos, se distinguía por tener una distancia entre ejes 32 cm más corta que la del Coupé Quattro, motor más potente y muchas mejoras tanto en la suspensión como en el sistema de transmisión.
Aunque se trataba de un coche muy caro, las 224 unidades se vendieron sin demasiados problemas, alguna incluso en nuestro país como la que durante algunos años condujo el rey Juan Carlos. No es de extrañar que en la actualidad, el (prueba) Audi Sport Quattro de calle se haya convertido en una preciada pieza de colección, con una cotización que puede superar el millón de euros.
Ni que decir tiene que la versión S1 de competición puede doblar ampliamente esa cifra y que, lógicamente, que me sentía un auténtico privilegiado a la hora de sentar mis posaderas en un coche tan exclusivo como este. La unidad protagonista de esta prueba del Audi Sport Quattro S1 parte del chasis RE10 y fue pilotada por Hannu Mikkola y Arne Hertz en el Rally RAC de 1983, si bien y tras dominar la prueba desde el principio, tenía que abandonar en el tramo 22 por problemas mecánicos. A partir de ahí se convirtió en coche de test y fue empleado como muleto en el Rallye de Portugal en 1986.
Además de una batalla considerablemente más corta, el S1 se distinguía de su predecesor por una carrocería con prominentes alerones, spoilers y unas vías muy ensanchadas que le confieren un aspecto absolutamente impresionante.
Asimismo, la carrocería está realizada en fibras de carbono y kewlar, con lo que el peso en orden de marcha apenas alcanza los 1.100 kg. Lo mejor de todo es que además se consigue un reparto bastante equilibrado, ya que si bien el cinco cilindros va instalado por delante del eje delantero, gracias a la menor batalla y la instalación de muchos elementos mecánicos en la parte trasera, radiadores, batería, alternador, etc, el reparto de masas pasaba del 60/40 a 55/45.
Por su parte, el motor continuaba siendo el cinco cilindros de 2.110 cc, pero gracias a un turbo de mayores dimensiones y al sistema anti-lag, resultaba más utilizable y aumentaba su rendimiento de 370 a 450 CV, si bien las malas lenguas hablan de que en determinadas circunstancias se podían alcanzar los 600 CV.
Prueba del Audi Sport Quattro S1
La postura al volante es muy buena, y desde el principio uno se siente cómodo a los mandos. El cinco cilindros turbo de 2.110 cc se pone en marcha rápidamente nada más pulsar el botón de arranque, emitiendo un sonido de lo más característico y absolutamente cautivador. Embrague duro, pero no en exceso, que se dosifica muy bien y permite arrancar sin problemas.
Lo primero que llama la atención son los cortísimos recorridos de la palanca de cambios, el selector es superpreciso y rápido y las seis relaciones son muy cerradas, con lo que las marchas se agotan rápidamente.
En contra de lo que me había podido imaginar, el motor empuja con una fuerza sobresaliente desde abajo, no demasiado perezoso en baja, si bien es a partir de 4.500 rpm cuando la cosa se pone seria y es capaz de subir de forma vertiginosa hasta las 8.000 rpm, demostrando un poderío extraordinario, casi brutal y emitiendo por el escape un sonido inigualable.
Auténtica droga dura, pero lo que más sorprende es que, el coche se conduce con relativa facilidad y confianza. Sus reacciones son sanas, bastante predecibles, lo que impone tranquilidad a los mandos. La dirección es rapidísima, de manejo suave y muy precisa a pesar de que el motor va completamente descolgado por delante del eje delantero. No obstante, aunque la distribución de pesos no es la ideal, el sistema de transmisión tiene un reparto que beneficia claramente al tren posterior; no es de extrañar que el eje trasero mande mucho en la conducción. Y aunque la batalla es muy corta, las reacciones de este último son bastante suaves, predecibles y suficientemente progresivas, lo que redunda notablemente en el placer de conducción.
Los frenos ponen todo de su parte para que el disfrute sea máximo; el tacto es duro y de recorrido escaso, pero son muy potentes y se dosifican perfectamente sin exigir grandes esfuerzos a los cuádriceps de nuestra pierna.
Pilotar esta "bestia" al límite no está al alcance de cualquiera, pero sin apurar al máximo es mucho más fácil y de lo que me podía imaginar. El bramido del cinco cilindros y su extraordinario empuje ponían la guinda para que el nivel disfrute del piloto supere todas las expectativas y se convierta en algo adictivo. Una experiencia única.
Desgraciadamente, la vida del Quattro S1 fue tan corta como intensa, dado que en 1986, tras el accidente mortal de Henri Toivonen y Sergio Cresto en el Rallye de Córcega, se prohibían los Grupo B -esta es la carta con la que se acabó con ellos-.
Audi buscó, no obstante, otros escenarios para competir con el S1 y en 1987 Walter Röhrl conseguía la victoria en la mítica subida a Pikes Peak en Estados Unidos. Pero el mayor logro del Quattro S1 del Grupo B es que consiguió un argumento de venta y una campaña de marketing que más de tres décadas después todavía perdura; pocas acciones deportivas en el mundo del automóvil han dado tantos frutos como esta.
Ficha técnica Audi Sport Quattro S1 Grupo B | ||
Motor | Cilindrada | 2.110 cc |
Tipo | Cinco cilindros en linea (79,5 x 85 mm) Delantero longitudinal |
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Potencia máxima | 450 CV a 7.500 rpm | |
Par máximo | 480 Nm a 5.500 rpm | |
Alimentación | Tipo | Inyección electrónica y turbocompresor KKK e Intercoler |
Transmisión | Caja de Cambios | Manual, 6 velocidades |
Tracción | Tracción total Quattro con diferenciales autoblocante mecánico |
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Suspensión | Delantera | Independiente tipo McPherson con triángulo inferior, amortiguadores Bilstein, muelles helicoidales y barra estabilizadora |
Trasera | Independiente tipo McPherson con triángulo inferior, amortiguadores Bilstein, muelles helicoidales y barra estabilizadora |
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Frenos | Delanteros | Discos ventilados / 304 mm |
Traseros | Discos ventilados / 304 mm | |
Dimensiones | Longitud | 4.240 mm |
Anchura | 1.860 mm | |
Altura | 1.344 mm | |
Distancia entre ejes | 2.224 mm | |
Vías | Delantera / trasera | 1.465 / 1.502 mm |
Peso | Peso | 1.090 kg |
Prestaciones | Velocidad máxima | 200 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h | Menos de 3,1" | |
Consumo (NEDC) |
Medio | 12,1 l/100 km |
Ciudad | N.D. | |
Carretera | N.D. | |
Producción | Número de unidades | 20 |
Precio | Precio en la época | N.D. |