Si cuando era nuevo ya costaba unos buenos 415.000 euros, lo cierto es que hoy esa cifra se queda más bien pequeña para uno de los mejores deportivos japoneses de todos los tiempos. Y es que, cuando aparece a la venta un Lexus LFA con solo 285 kilómetros, el mundo del motor enloquece. Eso mismo lo que ha pasado en una subasta recientemente realizada por Collecting Cars en Estados Unidos, en la que se han pagado 670.000 euros por él.
La verdad es que se trataba de un ejemplar prácticamente congelado en el tiempo, puesto que su anterior propietario apenas lo había sacado del garaje. Y sabemos que, con solo 500 unidades fabricadas entre 2010 y 2012, además de una increíble reputación entre los amantes del motor, cada vez que un Lexus LFA (prueba) aparece en el mercado, es todo un acontecimiento.
De hecho, los precios de este superdeportivo tan especial no paran de subir. Y, 10 años después de iniciarse su producción (se cumplieron en diciembre pasado), las pocas unidades que salen a subasta ya suelen moverse entre los 600.000 y los 800.000 euros. Aunque esa cifra sube hasta los 900.000 euros si coincide que se trata de uno de los 64 coches equipados con el Nürburgring Package. Como vimos hace apenas unos meses.
Desarrollado en colaboración con Yamaha, el V10 atmosférico de 4.8 litros de este auténtico monstruo de los circuitos 'canta' de un modo fantástico. Aunque, con 560 CV y 480 Nm de par a 7.500 rpm, también propulsa el coche de lo lindo, no vayas a pensar lo contrario. Lo hace a través de un cambio automático de seis velocidades, cuyo paso de una marcha a otra se realiza en apenas 0,15 segundos. Y este, a su vez, manda toda la potencia al tren trasero.
Además, en el interior, este Lexus LFA con solo 285 kilómetros cuenta con tapicería en rojo y negro, en asientos, salpicadero y paneles de las puertas. Y los pilares están rematados en alcántara. Una combinación que crea un bonito contraste con la pintura blanca inmaculada de la carrocería.
Con un cuentakilómetros como quien dice por estrenar, apenas ha visto actividad en esta década. Lo demuestra aun más el hecho de que los asientos, las viseras y los botones de la consola central siguen cubiertos por su plástico protector. Igual que cuando te compras un móvil o una tele nueva. Solo que ni tu móvil ni tu tele cuestan más de medio millón de euros, claro.
