Hace unos meses publicamos la lista con los coches más feos del mundo. Entre ellos estaba este desconocido Toyota WiLL Vi, que por su aspecto, podría, perfectamente, liderar ese ranking. Hoy nos metemos más en profundidad para conocer más sobre este sedán de cuatro puertas del que se fabricaron muy pocas unidades durante dos años.

Aunque no lo parezca, está creado por Toyota. No sé si has tenido la oportunidad de viajar al país del sol naciente, pero si no es así -si no, ya te lo cuento yo, que para eso estoy-, existen diferentes marcas dentro de la más conocida, por lo que muchos de sus coches no llevan el logo de la compañía sino otro. Es el caso de Crown, por ejemplo.

Toyota WiLL Vi

El Toyota WiLL Vi solo se vendió en Japón, aunque puedes encontrar alguna de las 21 unidades registradas en el Reino Unido -por aquello del volante a la derecha-. Fue un proyecto de varias empresas, entre las que estaba Toyota, único fabricante, para crear una amplia gama de productos que atrajeran a los millennials, primando "diversión y autenticidad, al combinar un estilo neoretro de moda con un rendimiento de conducción de última generación". Eso decían.

Y es que, estilo, bueno o malo, no le falta. Su parte delantera y trasera son muy parecidos, por lo que se trata de esos coches que no sabes si vienen o van. ¿El resto? Pasos de rueda abultados, unas llantas de 15", una carrocería llena de ondulaciones y una luneta trasera de ángulo invertido que creaba una silueta que "recordaba a los carruajes tirados por caballos de antaño", como exponía el comunicado.

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Un dato importante es que en su fabricación se intentó ser lo más ecofriendy posible. Para la producción de los paragolpes y los plásticos de interior se utilizó el polímero Toyota Super Olefin, que es altamente reciclable. Asimismo, para la insonorización se escogieron materiales triturados de vehículos al final de su vida útil. Sin olvidar que se prescindió por completo del plomo que suele ir en el radiador, calefactor y cableado.

Por su parte, en el interior se buscó conseguir un espacio acogedor. Para ello se instalaron asientos corridos, tanto en la fila delantera como en la trasera. Por ese motivo, la palanca de cambios tuvo que ser ubicada en la columna de dirección. El puesto de mandos era simple e intuitivo y se lograron introducir numerosos huecos portaobjetos. Toyota quería un habitáculo relajante, por lo que optó por una gama de tonos otoñales.

interior del Toyota WiLL Vi

El motor elegido para el Toyota WiLL Vi fue el 2NZ-FE de 1.3 litros y 16 válvulas capaz de rendir 88 CV, el mismo que el del Toyota Vitz, nuestro Toyota Yaris, de primera generación -fue Motor del Año en Japón-. Este propulsor iba asociado a un cambio automático de cuatro velocidades.

Como te comentaba al principio del artículo, se fabricaron muy pocas unidades entre el año 2000 y diciembre de 2001: 16.000. Para que te hagas una idea, se produjeron 697.000 Vitz en Japón. ¿Quizá fue por su 'particular' diseño? Quizá.

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