A lo largo de la historia del deporte ha habido varios binomios históricos. Nadie se imagina a Michael Jordan sin otra camiseta que la de los Chicago Bulls. Del mismo modo, todo el mundo piensa en Mclaren cuando se menciona a Ayrton Senna. Algo parecido ocurre con Michael Schumacher y Ferrari, una relación que inició en 1996 y se prolongó hasta 2006. Ahora se subasta el último Ferrari F1 de Michael Schumacher.
A principios de los años 90, la Scuderia Ferrari no atravesaba por un buen momento. No ganaba un Mundial de Constructores desde 1983 y un título de Pilotos desde 1979. Eso es demasiado tiempo para Maranello, así que el patriarca de FIAT, Gianni Agnelli, reclutó al exdirector del equipo Ferrari, Luca di Montezemolo, como presidente de la compañía en 1991, con un objetivo claro: devolver a la escudería italiana a la senda del triunfo. La pregunta era clara: ¿Qué hacía falta para conseguirlo?
El regreso de Ferrari a la senda del triunfo
A pesar de los esfuerzos de Di Montezemolo, el equipo no consiguió ninguna victoria en 1991 ni en las dos temporadas siguientes. De hecho, cuando Gerhard Berger ganó el Gran Premio de Alemania de 1994, Ferrari ya había sufrido la sequía de victorias más larga de su historia, un período que abarcó unos 59 Grandes Premios y casi cuatro años. Sin embargo, en 1993, el muy valorado exdirector deportivo de Peugeot Talbot, Jean Todt, llegó a Maranello como director general de Ferrari. Este fichaje, a instancias de Di Montezemolo, sería clave durante los siguientes años.
Ferrari F80, el nuevo hiperdeportivo de Maranello llega con V6 híbrido de 1.200 CV
Con la ayuda de un generoso presupuesto del patrocinador principal, Philip Morris, Todt trabajó para reunir a un gran equipo. Se trajo a un joven Michael Schumacher, que ya se había proclamado dos veces campeón del mundo con Benetton en 1994 y 1995, mientras que los operadores técnicos clave del equipo anglo-italiano, Rory Byrne y Ross Brawn, siguieron a su antiguo colega a Ferrari en 1997, en los roles de diseñador jefe y director técnico respectivamente.
El éxito no fue inmediato, pero las victorias de carreras sí llegaron. En la primera temporada con Ferrari, Schumacher ganó tres Grandes Premios que representaron la primera vez que la escudería italiana lograba múltiples victorias en una misma temporada desde 1990. Finalmente, el título mundial llegó en 1999, aunque fue el periodo 2000-2004 el más brillante de todos, con cinco campeonatos seguidos, algo sin precedentes hasta entonces.
La historia del Ferrari F40 que estuvo 10 años abandonado en un parking de Múnich
Sin embargo, llegó el año 2005, la última temporada en que se utilizaron los motores V10 de 3.0 litros. Ese año fue decepcionante, con una única victoria del F2005. En consecuencia, desde mediados de 2005 en adelante, el enfoque de Ferrari se centró en el desarrollo de un coche que cumpliera con las nuevas normas sobre motores V8 de 2.4 litros. En 2006 llegó el nuevo Ferrari 248, diseñado por Aldo Costa, equipado con un nuevo motor Type-056 de 90 grados, el primero V8 de Ferrari en un Gran Premio desde el 158 de 1964. Inicialmente contaba con unos de 730 CV de potencia, pero llegó hasta los 785 CV al final de la temporada, asociado a una caja de cambios de siete velocidades.
El último Ferrari F1 de Michael Schumacher se subasta
El último Ferrari F1 de Michael Schumacher que sale a subasta corresponde con el chasis 254, el quinto coche de los ocho que se fabricaron. Este monoplaza debutó en pista el 4 de abril de 2006 en el Autódromo de Vallelunga con el excampeón de Fórmula 3000 y piloto de pruebas de Ferrari y de Grandes Premios, Luca Badoer. Schumacher y Felipe Massa realizaron más pruebas de pretemporada, acumulando unos 3.900 kilómetros antes del debut del coche en carrera en la cuarta ronda del Campeonato, en el Gran Premio de San Marino, en Imola.
En aquella carrera, Schumacher consiguió la pole, superando el récord de 65 pole position que tenía Ayrton Senna, y consiguió la victoria. En las siguientes citas del calendario, el chasis 254 siguió acumulando buenos resultados.
El último viaje del chasis 254
Tras anunciar su retirada del deporte en el Gran Premio de Italia, Schumacher volvió a subirse al 254 en las tradicionales celebraciones de fin de temporada de Ferrari, la Finali Mondiali, en Monza, el 29 de octubre. Tras 11 años en la Scuderia, cinco Campeonatos Mundiales de Pilotos, seis títulos de Constructores y la increíble cifra de 72 victorias en Grandes Premios, el evento marcaría su última aparición como piloto oficial de Ferrari. Al mismo tiempo, Kimi Räikkönen recogió el testigo del ‘Kaiser’ y en enero de 2007 se subió al mismo monoplaza como parte de sus preparativos de pretemporada.
Si bien no se sabe con certeza, se cree que el 254 fue el primer monoplaza de Fórmula 1 de Ferrari que condujo Räikkönen, y uno que en última instancia contribuyó tanto a su corona de pilotos del Mundial de 2007 como a los títulos de constructores de Ferrari de 2007 y 2008. Después de la prueba de Vallelunga, el coche se utilizó sólo en una sesión de pruebas más en Valencia, en la que lo condujeron Badoer y Massa, antes de almacenarlo en Maranello.
A subasta un Ferrari F2001b Fórmula 1 que pilotó Michael Schumacher en 2002
En diciembre de 2007, el actual propietario adquirió el 254 directamente de Ferrari y lo ha conservado en su preciada colección desde entonces. Durante este tiempo, obtuvo la codiciada certificación Ferrari Classiche y realizó varias sesiones de pruebas privadas en la pista de pruebas de Ferrari en Fiorano. Además, en 2017, también se exhibió en el Petersen Automotive Museum en Los Ángeles, California, como parte de la exposición ‘Seeing Red: 70 years of Ferrari’.
El coche se encuentra en Nueva York y lleva inactivo más de una década, por lo que necesita una buena puesta a punto para que vuelva a funcionar. La subasta se celebra en el portal de RM Sotheby's.