Gran Bretaña ha metido la directa en lo que a coches con motor de combustión interna respecta. Sus planes iniciales pasaban por escribir el punto final de su comercialización con la llegada de 2040, pero ahora parece que la idea es acelerar ese proceso… diez años. Y es que todo apunta a que Reino Unido planea prohibir la venta de coches de combustión en 2030.

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La meta era 2040, pero los plazos se han ido acortando. Sobre la mesa estuvo, en primer lugar, la posibilidad de llevar a cabo una transición más rápida que llevase a la industria británica a despedirse de los vehículos de combustión (gasolina, diésel, gas, híbridos e híbridos enchufables) en 2035. Una fecha ante la que los protagonistas del mundo del motor mostraron cierta preocupación.

Reino Unido planea prohibir los coches con motores de combustión

Ambicioso, pero alcanzable

Un sentimiento que puede agudizarse ahora que los planes han señalado un periodo de tiempo más breve si cabe: 2030. Según Autocar, Reino Unido busca cumplir con su promesa diez años antes de lo previsto. Algo que concordaría con las declaraciones de Matthew Pennycook, Ministro de Trabajo británico: “Es una fecha ambiciosa para eliminar gradualmente la venta de coches nuevos de gasolina, diésel e híbridos, pero es alcanzable. Es un plazo que daría una nueva vida a la industria automotriz de Gran Bretaña mientras combatimos el cambio climático y limpiamos el aire”.

Y es que además de acelerar este proceso, el Gobierno también debe establecer un plan para lograrlo. Para ello debe respaldar el establecimiento de una industria de bajas emisiones, fomentar la creación de empleos y garantizar que tanto los trabajadores como las comunidades reciben el apoyo adecuado en esta transición hacia una economía más justa y limpia.

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Las ventas: un indicador

Lo cierto es que los números acompañan. Este planteamiento llega en un momento en el que las ventas de coches eléctricos e híbridos en Reino Unido han superado a las de los vehículos impulsados por motores tradicionales: entre abril y junio de 2020 se han matriculado 33.000 modelos eco y cero emisiones en comparación con los 29.900 de diésel. Un indicador que sustenta la nueva tendencia entre los conductores británicos: están dispuestos a dejar atrás los motores de combustión interna.

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Si Reino Unido alcanza su objetivo esta misma década, no significará que los coches de gasolina o diésel dejarán de ser válidos. En un principio, la prohibición sólo se aplicará a los modelos nuevos. Así las cosas, todos aquellos conductores británicos que tengan un vehículo de combustión internar podrá seguir moviéndose con él. Otra cosa serán los impuestos, tasas o peajes que el gobierno establezca para estos coches…

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