A pesar de haber probado ya unos cuantos monovolúmenes, nunca dejará de asombrarme del excelente aprovechamiento del espacio que hacen en carrocerías no demasiado voluminosas. Uno de estos casos es el del Toyota Verso de la prueba, en versión 115D y 7 plazas. Y es que sus 4.46 metros de longitud pueden dar cabida hasta siete personas. Es verdad que el tamaño de la tercera fila de asientos es más apto para niños que para adultos, pero la realidad es que están homologados para estos últimos.
Las cotas de la segunda fila son mucho más aceptables y permiten que tres personas viajen de forma cómoda en sus asientos, entre otras cosas, gracias a su regulación longitudinal y de inclinación. Además, se puede jugar con la regulación longitudinal para darle más espacio a los pasajeros de la tercera fila o ganar litros para el maletero. En una posición estándar su capacidad es de 440 litros, aunque si las tres filas están montadas esta cantidad se reduce a 155. En el caso de que decidas abatir las dos filas, la capacidad asciende hasta los 1.696 litros.
Hasta el momento ha quedado claro que modularidad no le falta a este Toyota Verso. Este aspecto se ve perfectamente complementado por los diferentes huecos portaobjetos: doble guantera, bolsas en las puertas, posavasos entre los asientos. Sin estar al nivel de otros rivales como los monovolúmenes de marcas francesas, ofrece un buen arsenal.
En cuanto a la ergonomía del habitáculo, todo entra dentro de la sobriedad y la sencillez, o lo que es lo mismo, el Verso tiene un interior bastante aburrido. Esta línea solo se rompe con la disposición de los relojes casi alineada con la consola central. Una solución justificada por los responsables nipones de cara a disminuir las distracciones del conductor. Frente a esta solución poco ortodoxa, cabe destacar la excelente disposición de los mandos de la consola central y, sobre todo, del cambio. Precisamente esta transmisión manual de seis velocidades va a asociadas a una de las principales novedades del Verso: la mecánica de 1,6 litros turbodiésel de 112 CV y origen BMW. Esta mecánica viene a sustituir al anterior 2.0 D4D de 124 CV. Con la disminución del cubicaje se ha logrado bajar las emisiones y el consumo, pero la pérdida de potencia no le ha sentado excesivamente bien a este Verso. A velocidades sostenidas en carreteras llanas no hay mayor problema, pero en cuanto se busca adelantar tirando de par o el coche vaya cargado con todo lo que se le presupone puede llevar, esta potencia se le antoja un poco corta De esta manera, el consumo homologado medio de 4,4 l/100 km sube hasta casi los 6.
De cualquier forma queda claro que este monovolumen no es un vehículo para andar con 'prisas'. El tarado de la suspensión y el chasis tampoco animan a conducir rápido, ya que está muy enfocado al confort. Y es que no hay que olvidar que estás ante un monovolumen.
¿Y cuál es una de las características más importantes de cara a un vehículo de este tipo? Sin ninguna duda, el precio. Un padre o madre de familia medio tiene que hacer frente a muchos gastos y dedicar gran parte de su presupuesto a la adquisición de un coche. En este sentido el monovolumen nipón tiene uno de los costes más competitivos del segmento, tan solo amenazada por modelos como el KIA Carens. El Verso de acceso a la gama y cinco plazas cuesta 21.141 euros, mientras que el Toyota Verso de la prueba, en versión Advance y siete plazas, sale por 22.240 euros. Asimismo, monta un equipamiento bastante amplio donde no falta el climatizador bizona, control de crucero, cámara trasera, llantas de aleación de 17 pulgadas...
Si las capacidades dinámicas de esta versión se te quedan cortas, también puedes optar por la variante 150D que arroja 150 CV y cuesta 25.090 euros. Aunque deberás rascarte más el bolsillo...
Lo mejor:
+ Precio
+ Equipamiento de serie
+ Confort
Lo peor:
– Empuje del motor
– Espacio en la tercera fila
– Tarado de la suspensión
Texto: Juan Antonio Corrales
Fotos: Álex Aguilar