PRUEBA: SEAT León 2013

Siempre he sentido verdadera atracción por el compacto de SEAT desde que en 2002 me crucé con el primer FR. Recuerdo que vestía un traje azul y calzaba unos zapatos de 17 pulgadas, que por aquel entonces se trataba de grandes dimensiones… Me quedé embobado mirando sus voluminosos paragolpes y sus estribos. ¡Qué preciosidad! Podría decirse que fue un flechazo a primera vista.

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Todo lo contrario me ocurrió con la segunda generación; mis sentimientos hacia aquella fiera nacida en Martorell cambiaron. Su imagen insípida hizo que mi pasión se diluyese como un terrón de azúcar en un vaso de agua. Todavía quedaban siete años de convivencia…

Pero cuando daba la relación por perdida, me crucé en el Salón de París de 2012 con el León 2013. ¡Menudo lifting! Hasta las azafatas del stand de SEAT parecían menos encantadoras a su lado. Unos trazos más cuidados y elegantes, un frontal agresivo y una zaga realmente seductora con una caída de techo a lo coupé hacen que el León se posicione como uno de los compactos más atractivos del mercado. No exagero, es más, dentro se supera. La calidad percibida es bastante buena –a pesar de equipar el volante de plástico y no el de cuero de acabados superiores-, los materiales tienen un tacto agradable y todo encaja como un puzzle  ¿Y su diseño?  No hay color respecto a la generación anterior. Atrás ha dejado esa consola anodina de plástico pobre para dar cabida a una más cautivadora gracias, en parte, a su pantalla táctil –que puede ser a color o en escala de grises y de 5 o 5,8”- que informa del consumo, el sistema de audio y el de navegación, si dispone de él. Además, ahora todo está más a mano y orientado hacia el conductor.

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Respecto a su tamaño, el SEAT León 2013 a prueba se supera si lo comparamos con la generación anterior. La ‘culpa’ la tiene la plataforma MQB, que también usan otros modelos del grupo Volkswagen y con la que ahora el modelo español es hasta 90 kg más ligero –dependiendo de la versión-. Aparte de su peso, dicha tecnología también le permite aprovechar todo el espacio disponible. A pesar de ser cinco centímetros más corto, la batalla ha crecido seis. Debido a este aumento, el eje delantero se ha podido adelantar 40 milímetros, con lo que el espacio destinado a los ocupantes ha crecido; no faltan centímetros para cabeza ni rodillas. También ha pegado un estirón la capacidad de carga del maletero, que ahora puede acoger 380 litros, 40 más. Lo que sigue sin convencerme es la boca de carga: es alta y estrecha.

El interior parece más amplio gracias a que es más luminoso porque la superficie acristalada es mayor. Este cambio junto con unos pilares más finos –el A con una inclinación hacia adelante más pronunciada y unos retrovisores colocados en la puerta-, reducen los ángulos muertos y dejan mejor visibilidad al conductor; recuerda que la falta de ésta era un hándicap en la generación anterior.

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La unidad de pruebas del SEAT León 2013 equipa el motor 1.2 de 105 CV. Es un bloque alegre, con una respuesta bastante buena pero que, a bajas vueltas, le falta un poco más de mordiente. Ofrece un consumo bastante ajustado de 5,5 litros, en parte gracias al sistema Star-Stop de serie, pero que puede llegar superar perfectamente los 7 litros si mantenemos una conducción alegre.

Gracias a la prueba del León 2013 he podido comprobar que esta generación es más confortable y menos deportiva que la que sustituye. Es probable que se deba a que equipa una suspensión compuesta por brazos tirados, en vez de la de paralelogramo deformable del FR. A pesar de ello, no balancea y tiene un buen comportamiento en curva. SEAT ha querido abrir el abanico con esta solución; el León ya no es aquel compacto con unas cualidades dinámicas realmente buenas.

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Pero sin lugar a dudas la mayor baza con la que cuenta el nuevo León es la tecnología que puede llegar a equipar, como el asistente de luz de cruce/carretera, asistente de salida involuntaria de carril, detector de fatiga, control de crucero adaptativo, reconocimiento de señales de tráfico e iluminación total  formada por LED, que no está disponible ni como opción en el Golf.

El León base, el 1.2 TSI 86 CV Emoción, equipa airbag de rodilla, frontales, de cabeza delanteros y traseros y laterales delanteros, control de tracción, control electrónico de estabilidad, indicador de cambio de marcha y faros con función Coming Home, entre otros elementos que, por ejemplo, no se encuentra el aire acondicionado (987 euros).

En resumen, el SEAT León 2013 ha dado un paso de gigante, tal que ahora, dependiendo de la versión, puede llegar a mirar de tú a tú a los compactos del Grupo Volkswagen. Dice James Muir, presidente de SEAT, que el nuevo León será el modelo que hará que aumenten las cifras de la marca; por diseño, chasis, habitabilidad y tecnología puede que sea…

Lo mejor
+Imagen exterior e interior
+Tecnología
+Visibilidad

Lo peor
-Pérdida de deportividad
-Equipamiento de serie
-Precio

Ficha técnica SEAT León 1.2 TSI 105 CV 
Motor Cilindrada 1.197 cc
Cilindros 4 – En línea
Potencia Máxima 105 CV / 4.500-5.500 rpm
Par Máximo 175 Nm /  1.400-4.000 rpm
Transmisión Caja de Cambios Manual, 6 velocidades
Tracción Delantera
Suspensión Delantera Tipo McPherson / Resorte helicoidal/ Barra estabilizadora
Trasera Rueda tirada con elemento torsional / Resorte helicoidal
Dimensiones Longitud 4.263 mm
Anchura 1.816 mm
Altura 1.459 mm
Distancia entre Ejes 2.636 mm
Alimentación Tipo de Alimentación Inyección directa. Turbo. Intercooler
Peso Peso 1.198 kg
Prestaciones Velocidad Máxima 191 km/h
Aceleración 0-100 Km/h 10,0 seg
Consumos Urbano 6,1 l/100 km
Extraurbano 4,2 l/100 km
Combinado 4,9 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 114 g/km
Precio Precio Oficial 18.220 euros

Texto: Hugo Valverde
Fotos: Anul Oidual

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