PRUEBA: Ford Bronco

El coche de la prueba, el Ford Bronco, es un modelo que es relativamente desconocido en España. Pero, como el Ford Mustang, cuenta con una larga historia a su espalda y de hecho, es un vehículo tremendamente popular al otro lado del charco. Ahora, por primera vez en las más de cinco décadas de vida del 4x4, la firma del óvalo azul ha decidido comercializarlo oficialmente en nuestro país.

Una noticia que supone todo un soplo de aire fresco en un momento en el que la mayor parte de lanzamientos o son eléctricos o cuentan con algún tipo de hibridación. Y también porque estamos ante un todoterreno auténtico con capacidades suficientes como para rivalizar directamente contra los modelos más extremos del mercado. Me refiero a vehículos como el Jeep Wrangler, el Ineos Grenadier o el Mercedes Clase G.

El Ford Bronco ya tiene precio en España: desde 86.900 euros

Y hace todo esto con una imagen exterior de lo más atractiva, pues combina elementos de inspiración retro tomados de sus predecesores con detalles actuales. Una carrocería que además tiene la particularidad de que es desmontable, ya que es posible quitar desde el techo a las puertas pasando por los paragolpes e incluso las aletas. Vamos, como los todoterrenos de antaño.

Un 4x4 que levanta pasiones

Como he podido comprobar durante la realización de esta prueba, el Ford Bronco es un 4x4 muy llamativo. Es difícil que la gente no se gire para mirarlo. Y eso es una clara señal de que su diseño no deja indiferente a nadie. Aunque también tendrá que ver en esto sus imponentes dimensiones, pues estamos ante un vehículo de hasta 4,81 metros de largo, 1,96 de alto, 1,93 metros de ancho ¡con los retrovisores plegados!

Destaca su imponente parrilla delantera, con unos grupos ópticos redondos con una característica firma lumínica ubicados en los extremos. También su gran capó, que cuenta con unas argollas en sus extremos que sirven tanto para saber dónde están los extremos delanteros del coche como para sujetar carga (están clasificados para soportar hasta 68 kilogramos cada uno).

En función del acabado escogido hay pequeñas variaciones tanto a nivel estético como de equipamiento o de capacidades todoterreno. Hay dos disponibles, empiezo por el Ford Bronco Outer Banks, que es el que tiene un enfoque menos radical. Viene con un paragolpes delantero fabricado en plástico, con llantas de 18 pulgadas con neumáticos más asfálticos, con unas aletas más pequeñas pintadas  en el color de la carrocería o con un sistema de tracción total contectable bastante más sencillo.

La otra terminación disponible es la del Ford Bronco Badlands, que estoy seguro va a ser la más demandada. Porque su imagen es todavía más imponente gracias a unos paragolpes metálicos con argollas de remolque en el caso del delantero, a unas llantas de 17 pulgadas con neumáticos todoterreno con 33” de diámetro, a una parrilla o aletas específicas, a una suspensión Bilstein con más recorrido y mejor tacto o a un sistema de tracción más completo, como te explico más adelante.

En cuanto al habitáculo del Bronco, decir que cuenta con un diseño igualmente atractivo. Y aunque tiene un claro carácter funcional, no se han olvidado de añadir detalles de diseño interesantes o la última tecnología. Porque ambas versiones viene equipadas con elementos como asientos y volentes calefactados, un cuadro de mandos con pantalla TFT de 8”, un sistema multimedia con pantalla LCD de 12” con SYNC 4 o el sistema de carga inalámbrica para teléfonos compatibles.

No hay que olvidarse del equipo de sonido con 10 altavoces firmado por B&W, del sistema de visión de 360 grados (muy útil dado su tamaño) o una batería de asistentes de conducción que incluyen desde un control de crucero adaptativo a sistemas de mantenimiento en carril.

Un motor explosivo y una motricidad sobresaliente

Otra particularidad del Ford Bronco es su motor 2.7 V6 EcoBoost. Una mecánica con dos turbocompresores e inyección directa e indirecta que desarrolla unos imponentes 335 CV a 5.250 vueltas y 563 Nm a 3.100 revoluciones por minuto. Un propulsor poderoso que trabaja en combinación con el probado cambio automático de 10 velocidades que ya conocemos de otros muchos modelos de la marca.

Este potente propulsor y eficaz cambio se combinan con dos sistemas de tracción diferentes, en ambos casos con reductora. El Bronco Outer Banks cuenta con uno de tipo conectable sin diferencial central, por lo que solo podrás activarlo sobre firmes resbaladizos. El Bronco Badlands tiene otro que añade a esto un embrague multidisco bañado en aceite que hace las veces de diferencial central y que es capaz de variar el par que llega al tren delantero del 0 al 50%.

Gracias a ello, podrás circular sobre asfalto con la tracción a las cuatro ruedas conectada. Pero no es la única diferencia, ya que el Badlands también añade un diferencial trasero y delantero bloqueables al 100% o una barra estabilizadora delantera desconectable. También cuenta con una desmultiplicación mayor (hasta 64,3:1 frente a 47,8:1), lo que unido a sus neumáticos todoterreno de gran diámetro y eficaces suspensiones, convierten al Bronco Badlands en una máquina casi imparable.

A todo esto hay que sumar herramientas como el Trail Turn Assist, que ayuda a girar el coche en pistas frenando la rueda trasera interior (incluido en ambos acabados) o los diferentes modos de conducción disponibles. Estos incluyen programas pensado para barro, arena, rocas o incluso uno denominado Baja (solo Badlands). Este último es heredado del Ford Ranger Raptor (prueba) y está pensado para circular a alta velocidad por el campo.

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Otra arma offroad de los dos acabados del Ford Bronco es el llamado Trail Control. Es un sistema que facilita la conducción en terrenos complicados y que permite que el conductor pueda centrarse en la dirección, encargándose el coche del acelerador y el freno. Puedes seleccionar la velocidad a la que deseas circular con los botones del control de crucero en un rango que va desde los 2 hasta los 31 km/h. También incluye el Trail One-Pedal Drive, que permite conducir usando solo el acelerador: cuando pisas el coche avanza y cuando levantas frena automáticamente.

Prueba del Ford Bronco: imparable

Aunque es un todoterreno extremadamente capaz en campo, el Ford Bronco no se desenvuelve mal en carretera. Tiene potencia más que de sobra para cualquier circunstancia que te puedas encontrar (adelantamientos, incorporaciones…), unas suspensiones que filtran bien las irregularidades de la calzada y una dirección bastante precisa para el tipo de coche que es.

He tenido la oportunidad de probar tanto el Bronco Outer Banks como el Bronco Badlands en largos trayectos por carreteras secundarias y vías rápidas. Y aunque a priori podrías pensar que el Outer Banks será mejor en esta circunstancia dado que monta neumáticos más de carretera, lo cierto es que las diferencias entre ambos no son tan evidentes. Es más, diría que el Badlands es incluso más cómodo que el Outer Banks en esta situación gracias a sus amortiguadores Bilstein.

Sus neumáticos BF Goodrich AT KO2 son más ruidosos, pero tampoco es un problema. Porque todas las unidades del Ford Bronco que he conducido hacían mucho ruido aerodinámico a partir de 110 km/h, principalmente por su techo desmontable. Por lo que al final ese sonido del aire tapa por completo el que puedan hacer las ruedas.

Aunque el consumo medio homologado es elevado (entre 13,7 y 14,2 l/100km), si eres capaz de contener tu pie derecho puedes lograr cifras más contenidas. En un trayecto de casi 200 kilómetros que incluía algo de ciudad, autopista y carreteras nacionales obtuvimos una media de 10,7 l/100km, que no está nada mal. Pero en cuanto des rienda suelta a su motor 2.7 V6 biturbo, el dato se dispara sin dificultad por encima de los 16 l/100km.

También he podido conducir ambas versiones por el campo. Circulando a ritmos tranquilos las diferencias entre ambos son mínimas, pero en cuanto aumentas la velocidad la cosa cambia. El Ford Bronco Badlands es casi como un mini Ranger Raptor por su capacidad de tracción y absorción e incluso incluye un modo Baja como la mencionada pick-up.

Y esa diferencia también es palpable cuando te enfrentas a obstáculos más complejos. Con herramientas como los bloqueos delanteros y traseros de diferencial o la barra estabilizadora frontal desconectable, el Bronco Badlands es prácticamente imparable. Sus neumáticos no solo son más adecuados para el campo, es que tienen un diámetro total mayor, lo que ayuda a pasar por encima de baches, piedras o escalones.

Conclusión: mejor el Badlands

El Ford Bronco es un recién llegado que de golpe se sitúa como una de las opciones más interesantes de su clase. Es un vehículo con una imagen única, con una carrocería desmontable para circular a cielo abierto cuando lo desees, con un interior bien equipado y con una motorización sorprendentemente poderosa. La principal pega que le puedo poner es su precio: 86.900 euros para el Bronco Outer Banks y 91.500 para el Bronco Badlands.

La diferencia de precio que hay entre ambos (unos 4.600 euros) no es pequeña, pero yo sin dudarlo elegiría el Bronco Badlands. Fundamentalmente porque va incluso mejor que el Outer Banks pero también, porque por ese precio ofrece una cantidad de elementos adicionales que te costarían mucho más dinero si decidieras montarlos por tu cuenta.