Lo creas o no, cuando en 1950 se empezó a correr en Fórmula 1 no había coche de seguridad. Tampoco coche medicalizado. Estas soluciones fueron implantadas por la FIA algunos años más tarde. En el caso del primer Safety Car de la historia de la Fórmula 1, éste no entraría en escena hasta el año 1973, es decir, casi un cuarto de siglo después de que se constituyera la competición.
Tan solo cinco días después de que se disputara el GP de Canadá 2023, donde Verstappen volvió a ganar y Alonso acabó segundo, se celebra el 50º aniversario del debut del primer Safety Car de la historia de la Fórmula 1.
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Específicamente, fue en GP de Canadá de 1973, disputado el 23 de septiembre de ese año en Mosport Park, cuando tomó parte activa el que es considerado como el primer coche de seguridad de la categoría reina del automovilismo. Esa carrera la ganó el piloto estadounidense Peter Revson a los mandos de un McLaren. Fue una de las dos victorias que logró en la que fue su mejor temporada en F1 y la segunda en todo su palmarés.

Sin embargo, los registros de carreras donde se usaba un Safety Car (o Pace Car) son anteriores. Fue en las 500 millas de Indianápolis de 1950 cuando vimos por primera vez un coche que no era de carreras, pero que tenía la potestad de reagrupar a los monoplazas. No está del todo claro si este coche, un Ford Mercury, tuvo una aplicación real o no como coche de seguridad.
Este es el primer Safety Car de la historia de la Fórmula 1
Sin embargo, eso fue en Indianápolis, en una categoría diferente a la Fórmula 1, aunque el mismo año en el que se fundó el campeonato. Curiosamente, el que es considerado como el primer Safety Car de la historia de la Fórmula 1 es un Porsche, aunque no es un 911. De hecho, es uno de los modelos más sencillos y accesibles que ha ofrecido la casa de Stuttgart en sus 75 años de historia.

Se trata del Porsche 914, un coche que en 2019 celebró su 50 aniversario. Este deportivo de motor central con carrocería de tipo targa estuvo en activo entre 1969 y 1976, logrando vender casi 119.000 unidades en ese período. Uno de sus principales atractivos era su accesibilidad a nivel de precio, algo que lograba comercializando versiones de poca potencia (entre 80 CV y 110 CV), cifras más propias de un utilitario moderno.
La unidad que tomó parte en el GP de Canadá de 1973 estaba terminada en un llamativo tono de pintura amarilla y portaba dos grandes banderas del mismo color en la parte trasera, ondeando al viento. Con esta sencilla configuración, el primer Safety Car de la historia de la Fórmula 1 se situaba delante de monoplazas con potentes motores V8. En este vídeo (en inglés) puedes conocer más detalles de los orígenes del Safety Car en F1.